REVISIONISMO

Reflexiones en el 65º aniversario del fallecimiento de Raúl Scalabrini Ortiz

Un 30 de mayo de 1959 fallecía una figura central en el pensamiento nacional.

La historia es pasado, presente y futuro. Raúl Scalabrini Ortiz, un patriota en toda su dimensión, nació el 14 de febrero de 1898 y murió el 30 de mayo de 1959. Precursor del revisionismo histórico y de la conciencia nacional, fue uno de los fiscales contra el sistema de entrega del patrimonio estatal y la dominación extranjera. El día de su entierro en su homenaje, su compañero de lucha Arturo Jauretche lo recordó como el maestro que permitió a tantos intelectuales pasar del antiimperialismo abstracto al antiimperialismo concreto, descubriendo la verdadera identidad argentina como paso previo al intento de transformación.

Ingeniero de profesión y en 1923 se inició como cuentista con La Manda, fue periodista en La Nación, El Mundo y Noticias Gráficas, además de fundador del diario Reconquista. Su militancia juvenil en un grupo llamado Insurrexit de tendencia marxista lo orientó hacia el estudio de los factores económicos y sociales como fundamento del desarrollo histórico. Sus continuos viajes al interior del país le dieron un panorama sobre la realidad de las provincias, incluso trabajó en el tendido de la línea ferroviaria Catamarca-Tucumán, así como sus viajes a Francia en 1924, donde lo costeó barriendo la nieve de las calles, lo que le permitió tener un panorama de la xenofobia europea frente al latinoamericano.

Guiado por su maestro Macedonio Fernández, manifestó una actitud altruista ante la vida y la sociedad, la búsqueda del beneficio colectivo. A esta etapa corresponde a uno de sus libros más famosos, “El hombre que está solo y espera”, en 1931, donde pintaba un arquetipo del porteño, el hombre de corrientes y esmeralda.

Al año siguiente, su pensamiento, conmocionado por la crisis del 30, dejó las meditaciones metafísicas para responder a la pregunta de cómo es posible el hambre en un país como Argentina, productor de carnes y cereales, como hoy es el modelo neoliberal.

Vemos cómo la historia se repite, ayer como hoy. Esta reflexión lo llevó a buscar a los verdaderos propietarios de las mismas, la tierra, la carne, los cereales, la oligarquía terrateniente sirviente del imperialismo inglés, como hoy, junto a las grandes “mentimedios” que sirven al imperialismo norteamericano con las relaciones carnales, pero siempre como lamebotas.

Como consecuencia de su participación en la revolución radical de Paso de los Libres, Scalabrini Ortiz fue desterrado y partió a Europa en 1933. Entonces, desde Alemania, escribió sus primeros artículos sobre la cuestión nacional. A su regreso, comenzó una lucha decidida contra el imperialismo. Desde el periódico Forja, ordenó sobre todo los negocios de los ferrocarriles, que decía una inmensa tela de araña metálica donde estaba prisionada la república.

Base de males del país, como la falta de moneda, el crédito manejado por las bancas extranjeras, el estancamiento industrial, la no explotación de la riqueza minera ni de la hidroelectricidad, donde barcos, tranvías y restantes servicios públicos eran todos extranjeros, lo que habría que agregar, los empréstitos e endeudamiento descomunal que llevaron a un colapso económico semejante a la realidad actual, como lo instrumentó el PRO y la Libertad Avanza.

Durante la segunda guerra, sostuvo la defensa de la neutralidad. Como tantos integrantes de Forja, vio en la figura de Juan Perón, especialmente a partir del 17 de octubre de 1945, la posibilidad de que alguien finalmente condujera el país hacia su nuevo destino. Acompañó el proceso de la campaña electoral desde las columnas del diario Política y mantuvo estrecho contacto con Perón, ya siendo este presidente. Le presentó, entre otros, su proyecto de nacionalización de los ferrocarriles, pero no aceptó cargos en el gobierno. Si bien Perón, en varias oportunidades, reconoció el aporte ideológico de Scalabrini, su gobierno, signado en gran parte por una burocracia ineficiente, como decía Perón, con ladrones y alcahuete, le negó el acceso a los medios para que difundiera su pedagogía nacional, ni estaba dispuesto a admitir de Scalabrini sus críticas feroces a toda desviación del movimiento.

Finalmente, se retiró de la vida política y se dedicó a plantar álamos en la costa del Paraná. Después del golpe que derrocó a Perón en el 55´, se alistó en la resistencia. Disparó sus críticas con fundamento al gobierno de facto desde el líder, el frente y el federalista. Una vez cerradas estas publicaciones, desde la revista Que, apoyó en sus inicios a Arturo Frondizi. Lo apoyó aún disintiendo en muchos aspectos, hasta que finalmente mostró su desencanto con las traiciones del gobierno frondizista.

Frente al avance de las políticas contraria a su ideología y ya herido por un cáncer, se retiró de la política. En las palabras de despedida y que hoy tiene en plena actualidad, ante el embate neoliberal y su nefasta política antipopular y sin palla, Jauretche lo evocó diciendo, Raúl Scalabrini Ortiz, “tú sabes que somos vencedores. Vencedores en esta conciencia definitiva que los argentinos han tomado de los argentinos. Por eso hemos venido más que a despedirte, a decirte gracias hermano“.

Ateneo Arturo Jauretche, Manuel Ugarte.

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