“Quiero que nuestra experiencia sirva que esto no vuelva a ocurrir”

Publicación pedida por Eduardo Horacio Maidana.

El día miércoles 17/3 por la noche, mi hijo de 13 años experimenta una descompensación estomacal, que atribuí a los alimentos ingeridos en la cena. Como el día jueves 18, los síntomas persistían, decidí hacer una consulta en la Guardia de Pediatría que da a Avenida Alfonsín y Pringles.

Una vez allí, el personal médico indicó un hisopado debido a que los síntomas eran presuntamente compatibles con covid-19. Seguidamente se ordena el aislamiento preventivo correspondiente de todo el núcleo familiar (somos 7) hasta el arribo de los resultados.

El día viernes 19 a las 21:00 recibimos la notificación de parte del área de Salud que daba cuenta de un resultado positivo. La situación que vivimos fue naturalmente de mucha angustia ya que dos integrantes de la familia somos personas de riesgo. Acto seguido procedo a establecer comunicación con preceptores de mis dos hijos (en el establecimiento estaban al tanto dado que salud ya se había comunicado) que concurren al nivel secundario y con la maestra de mi hijo de primaria para que se pusieran en marcha los protocolos pertinentes.

Se notificó al grupo de la burbuja escolar correspondiente al caso positivo. A mis otros dos hijos le suspendieron las actividades presenciales. Todos los compañeros de la burbuja afectada debieron ser recluidos preventivamente, así como los docentes que le dieron clases durante esa semana.

Todo habría transcurrido como un caso positivo más, de no ser por mi insistencia en solicitar ver yo misma los resultados del hisopado enviado a Junín, que hasta ese momento no me habían sido mostrados. Tenía mis dudas, ya que nosotros nos cuidamos mucho ya que, como señalé, dos integrantes del núcleo familiar somos de riesgo, por lo que tenemos un meticuloso comportamiento preventivo.

Además, yo estaba convencida que su estado era producto de que había comido excesivamente ese miércoles por la noche. El día sábado, alrededor de las 21:00 recibo el llamado de Gabriela Agüero, quien se presenta como “epidemióloga”, cuando en realidad es licenciada en epidemiología, y me afirma que había un error en la carga de resultados desde Junín, donde realizan los análisis y devuelven los resultados, y que en realidad mi hijo no estaba infectado.

Ante esto me pregunto: ¿Cuántas personas tendrán que pasar por esto? ¿Qué pasaba si yo no insistía en que me muestren fehacientemente los resultados? Estaríamos todavía aislados y con angustia.

Quiero que nuestra experiencia sirva que esto no vuelva a ocurrir, y que realmente nos sintamos cuidados frente a esta pandemia, ante la que lejos de haberla superado, aún tenemos mucho camino por recorrer.

Maidana Eduardo Horacio

DNI: 31.280.155

Comentarios

  1. Pero eso no queda ahí, ya que si en la escuela se cumplió con el protocolo, que necesidad hay de aislarlos? Si los aislamos, para que está el protocolo? Que lejos estamos de ser serios, es más somos muy cómicos y, lo más triste, es que lo permitimos como sociedad

    1. Correctamente d q manera??? Sin mirar los certificados y pasando un caso positivo cuando en realidad era negativo??? Lavandose las manos y hechandole la culpa al hospital d Junin??? Dudo q haya procedido bien!

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