Nota de lectores

“¿Por qué viajes gratis a egresados y no ayudas para un emprendedor, potencial generador de trabajo?”

Publicación pedida por Luciano Javier D’Orazio.

Debido a lo que ya es de puro conocimiento y sintiendo algo de bronca e impotencia por el apoyo del gobierno a egresados para hacer su viaje (del cual no estoy en desacuerdo) y con las negativas respuestas que he tenido para expandir mi unidad productiva o sea generar trabajo, con lo mucho que hace falta en este momento. Con un índice de desocupación de población activa del 10,2% que refleja tal problemática y niveles de pobreza que alcanzaron el 42%, me veo en la obligación de contar algo de mi historia, realidad y experiencia.

Desde mi uso de razón siempre tuve un espíritu emprendedor. Mis comienzos fueron en Ingeniero Silveyra, donde por razones laborales mis padres tuvieron que migrar hacia allá, alejándome de afectos, amigos, compañeros de escuela y adaptarme a una nueva forma de vida. Un paraje con una historia maravillosa, la cual se encuentra a 28 km de nuestra ciudad, donde adquirí los valores del trabajo, del sacrificio y de darme cuenta que la naturaleza nos provee de una biosfera llena de riquezas. Me dediqué a la crianza de animales, entre los que puedo mencionar, gallinas ponedoras, pollos parrilleros, conejos, ovejas, caballos, entre otros, además de producir mi propias frutas y hortalizas, pudiendo citar naranjas, mandarinas, higos, frutos secos como nueces; lechuga, zanahoria, acelga, remolacha, tomates, entre otras. Mi educación siguió en la escuela N°6 donde conocí gente hermosa, llena de amor y solidaridad. Mis días eran muy intensos, me levantaba temprano, desayunaba y me iba a realizar mis actividades. A las 11 de la mañana iba a la escuela hasta las 15 hs. Volvía me sacaba el guardapolvo y me iba directamente a seguir con las actividades hasta caer el sol. En plena cosecha pasaba horas en la planta de silos, de la cual era encargado mi papá y él me enseñaba todo sobre el recibo y acondicionamiento de los cereales. También me enriquecí yendo al tambo de un compañero de la escuela, donde aprendí que el trabajo en el campo era de sol a sol, con lluvia, viento, frio o calor. Otros amigos vivían de la agricultura y uno particular se encontraba en un haras muy conocido donde aprendí algo sobre caballos, su crianza, alimentación, hasta tuve la suerte presenciar un parto. 

Viví cosas increíbles, la naturaleza me daba una felicidad que los que tuvieron la posibilidad de encontrarse con ella sabrán entenderme. Hasta que de pronto llegó el día más triste, debíamos regresar a la ciudad debido a que la escuela en ese momento no contaba con el viejo polimodal 8vo y 9no. Mis padres se vieron obligados a regresar para que termine el secundario, priorizando así mi educación por sobre su trabajo. Mi papa Jorge tenía que hacer un nuevo sacrificio, viajar todos los días a su trabajo. Gracias a ellos, sin dejar de mencionar a mi mamá Marita (una madraza) y mi hermano Lucas logré terminar mis estudios y empezar a prepararme para un nuevo desafío: la facultad. ¿¿Que carrera creen que elegí?? No podía ser otra, AGRONOMIA mi pasión por el campo seguía viva. Tuve seis años estudiando en la UNLP donde por razones personales, tuve que dejar la carrera estando cursando cuarto año. Siempre decía que cuando me recibiera iba a tener mi propia empresa.

Mi sueño de ser Ingeniero se había truncado, pero me di cuenta que no necesitaba un título universitario para cumplir mis metas y objetivos. Y así empecé a desarrollar mis emprendimientos. Comencé con un kiosco, seguí y sigo actualmente con un servicio para eventos de fiestas, vendí ropa, y llegué a mi meta la cual es mi pasión: tener un Laboratorio donde realizo análisis de semillas. En el transcurso para lograrlo pude capacitarme, a través de talleres, cursos, y charlas. Gracias a la confianza de productores y acopiadores el emprendimiento fue creciendo. Actualmente me encuentro “desocupado” ya que el fuerte de mi actividad es en cosecha por lo que nunca dejé de estar en forma de dependencia, con contratos temporales discontinuos en varias empresas, donde sigo aprendiendo y capacitándome continuamente. Hoy estoy a tan solo dos finales de recibirme de Perito Clasificador de Cereales y Oleaginosas y cursando el último trimestre de la Tecnicatura Superior en Alimentos en la UTN aula Chacabuco.

En mis comienzos me acerqué al municipio ya que me enteré de créditos a emprendedores, atendido por el secretario de producción y contándole mis ideas salí de la reunión con NADA. El crédito era otorgado para aquellos que tuvieran un año de antigüedad en la actividad. Fue donde me pregunté y me sigo preguntando, si era para emprendedores, porque si es así, como es posible tener años de antigüedad?! Inmediatamente busqué en el diccionario la palabra emprendedor, aunque se caía de maduro lo que iba a decir. Emprender: cometer y COMENZAR una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro. “Comenzar” una palabra clave que nada tenía que ver con tener antigüedad, todo lo contrario. Es así que, al tener la negativa, no dejé de bajar los brazos y busqué otra alternativa para llegar a mi objetivo. En el año 2018 pude montar mi propio Laboratorio llamado “CULTIVAR”. Al encontrarme en un periodo de crecimiento decidí volver a la carga para tratar de conseguir una ayuda para poder expandir los servicios que presto y nuevamente me encontré con más obstáculos, que soluciones concretas. Toqué varias “puertas” (que no vienen al caso mencionar) y en cada una que entraba, antes de escuchar mis ideas, mis pensamientos, mis convicciones, mis ganas de seguir creando, se me pedía tener entre tantos requisitos, bienes por una suma de capital que muy pocos emprendedores poseemos. No tendrían que ponernos tantas trabas, el ESTADO debería ayudarnos con programas más flexibles porque si esa idea da los resultados esperados, el emprendedor crece, se desarrolla y se expande pudiendo hasta originar puestos de trabajo. No solo piensa en su beneficio, sino también, en lo de los demás. Las respuestas que he escuchado y se multiplicaban en todos lados era: “Para darte el crédito, tu patrimonio debe ser superior del 2,5 veces lo que estas pidiendo” “No entablas en ningún programa” “Sos monotribuitista, deberías ser responsable inscripto” “Por el momento no tenemos nada para ofrecerte, tocamos todos los ministerios que teníamos” “Te tengo anotado para una reunión pendiente”.

“Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa”M.T

Luciano Javier D’Orazio

Comentarios

  1. Luciano, como comentás que tenés un servicio de eventos, te cuento el Ministerio de Producción de la Provincia de Buenos Aires tiene un Programa de Sostenimiento Económico y también hay un programa de créditos para la recuperación productiva.

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