ELECCIONES 2023

Para todos puede ser un mal paso: dejo constancia

Columna de opinión del periodista, Ruben Gardella.

Victorioso y con 4500 votos de diferencia. Así cerró las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias Unidos por la Patria. Festejar después de varias jornadas electorales y con esa diferencia era un sueño que se convertía en realidad. No desbordaba pero entonaba con alegría la Plaza Necochea. Como canta Alejandro del Prado “… bebido y festejado el canto por la esperanza.”

El lunes empezó otro camino y cada cual a su trabajo. Una diferencia sustancial contra el adversario de siempre y no con el circunstancial. El traje de la indecisión y la improvisación le cayó pésimo a Juntos por el Cambio y como hecho por un sastre a los libertarios.

Es que el concepto (de un histórico del dominguismo local) “a la cancha” no funcionó para la transición. Tantas dudas, tantas definiciones al límite no permitieron instalar al candidato ni a que figura nacional o provincial responder. Que Alejo, que Lisandro, que vamos en conjunto pero… fueron imágenes del escenario previo. Definición larga como esperanza de jubilado. A este episodio se sumó una lista de candidatos a Concejales a la que le faltó algún nombre fuerte y el último acto: ¿Colorado, Manes o Abad?

La desprolijidad trasladó a la lista local las dudas de la campaña nacional retro Pimpinela en la que  se castigaron tanto segundas líneas que los referentes se sumaron. Y de  intermediario Macri,  atento a poner sus riendas  al candidato del Pro como a piropear a Milei. Así les fue en lo local y en lo nacional. Algún observador podría decir que el peronismo cambió de candidato nacional horas antes. No funcionó tampoco. En cambio desde que se instaló el gabinete paralelo Proyectar se supo que Golía era el candidato.

¿Qué va a ocurrir con lo nacional? Eso es lo que debe preocupar de mínima al ex – Intendente. ¿El blindaje de Kicillof alcanza? Está por verse. Chacabuco y Provincia es mejor que nada. Pero Buenos Aires sin los fondos indiscriminados  que gira Nación es muy difícil de sostener. Felipe Solá (que conoce bien las distintas variantes del partido) lo sabe. Incluso podemos recordar las ninguneadas que le hacía a Golía hace un par de décadas.

Pero si el Bolsonaro criollo, el hombre que algunos dicen que no tiene estructuras pero muchos sospechan de sus contactos, el “terminator” del peso decide no sostener a las provincias, los jefes distritales van a tener que acostumbrarse a hacer otro tipo de administración. Es ganar para vivir un día a día. Es quizás no poder responder a tanta expectativa de trabajo a sus seguidores. O no poder conciliar lo nuevo con lo viejo, que aguanta en su entorno porque la pendiente es muy pronunciada.

Igual el justicialismo del pago chico quiere ganar. Puede pasar cualquier cosa en Argentina. Y más con un gobierno progresista ajustando y devaluando sin parar, generando nuevos pobres pese a que sus máximas dicen otra cosa. Con un Presidente jugando a la escondida y con un sustituto al que se le permite casi todo pero cientos están esperando desquite.

Haciendo las cosas lógicas y muy bien hechas de las primarias, el recorrido pastoral por los barrios, la militancia de los jóvenes y un objetivo casi único puede garantizar resultados. Salvo que el escenario nacional sea aún más dramático y duro.

 ¿Entonces Alejo Pérez debe resignarse? Nunca. Pero debe contener especulaciones, desencantos, desobediencias y otros sinsabores que se veían en la vereda de enfrente elecciones anteriores. Tarea titánica: necesita que no haya traiciones abiertas, que los que bebieron las mieles de los cargos por lo menos los últimos ocho años participen, que vayan a votar  los más remolones, romper prejuicios y tener un discurso. Fundamentalmente eso. En el imperio electoral de la novedad, Juntos está perdiendo con un candidato histórico del Frente Renovador. Hace falta discurso, hace falta convicción y un timón unívoco. En este esfuerzo uno de los pocos cien por ciento leal perdió sus fuerzas en las Paso. Tantos caciques rompieron el esquema que estaba decidiendo militar pero sin intermediar entre egos y desconfianzas. 

No nos olvidemos del que fue de relleno para los simplistas que nos consideramos analistas. José Tedesco irrumpió fuertemente y tiene que afirmar la vasija antes que querer rebalsarla. ¿La Libertad Avanza debe pensar en ganar? Así lo cree Milei, algunos formadores de opinión que no vieron el fenómeno y acompañan al contubernio (palabra de cabecera del Dr. Nelson Coronel) pues no confían en los nuevos tiempos. Desatan la campaña del miedo contra el único que aunque disparatadas y audaces esbozó propuestas. Los beneficiarios de un modelo económico matizado pero repetitivo también temen.  Un riñón a la izquierda.

Falta mucho y la crisis está en espiral. Si no hubieran partido 250000 personas los últimos meses, los 30 puntos de Milei serían más. ¿Ganará el efecto contagio o el futuro repitiendo el pasado? Hay que esperar a Octubre y por las dudas, aconsejar a la clase media una buena provisión de polenta con sabor a asado.          

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