No te rindas

«El mayor de los fracasos es una vida sin sueños por miedo a no cumplirlos». por Daniel Beade.

Esa sensación se produce en muchos casos porque la gente compara lo que le habían vendido, el sueño de una vida tranquila, estable y previsible, con la vida que lleva. Les dijeron que estudiaran para tener un buen trabajo fijo y de repente se encuentran con que el mundo ha cambiado y no tiene nada que ver con lo que les habían vendido. Nos están vendiendo que para ser feliz tenemos que triunfar y el triunfo no es ninguna garantía de felicidad. Podemos tener un triunfo total económico y profesional pero a la vez estar amargado de la vida. Cada uno tiene que determinar cuál es su triunfo, su éxito. La pregunta que uno tiene que hacerse es qué es la felicidad para él, porque puede ser muy distinta que para el resto. Si creemos que la felicidad es conseguir una serie de cosas nos pasaremos toda la vida persiguiendo algo, el trabajo perfecto, la casa perfecta, la pareja perfecta… Siempre nos falta algo, no es bastante, nunca llegas, nunca es suficiente y entonces nos sentimos incompletos. A lo mejor pondrán en nuestra tumba ‘acá yace uno que iba a ser feliz mañana’, porque ese día no llega, porque cuando conseguimos lo que queríamos nos damos cuenta de que nos sigue faltando algo.

También podríamos quedarnos en la cama para el resto de nuestras vidas y no vamos a tener ningún problema. ¿Qué nos  mueve  en la vida? Cada uno tiene que plantearse si quiere vivir o sobrevivir. Cuando hablamos de sueños no estamos hablando de tener que demostrar algo al mundo o conseguir grandes cosas. Un sueño puede ser simplemente cuidar de la mejor manera a tu familia o ver en qué clase de persona nos podemos convertir. Los sueños son energía, es aspirar a algo que sea positivo, que te dé ilusión.

En muchas ocasiones no nos atrevemos a tener sueños por el miedo al fracaso, al qué dirán, a no ser capaces de conseguirlo, pero el mayor de los fracasos es una vida sin ninguna ilusión, sin ninguna aspiración, sin ningún sueño por miedo a no cumplirlo. Que lo consigas o no al final no es tan importante, lo importante es que eso te va a dar energía y te va a obligar a enfrentarte a retos y a miedos, a crecer como persona. Lo importante no es lo que logramos sino la clase de persona en la que nos convertimos.

El fracaso es inevitable, no creo que exista un ser humano que no lo haya hecho. Si no has fracasado es porque no has intentado absolutamente nada. La gran diferencia es cómo se asume ese fracaso, si lo convertimos en un látigo para ser una víctima y pensar que todo lo malo nos pasa a nosotros, o si tomamos ese fracaso para preguntarnos qué podemos aprender de eso. 

Compartimos una parte del discurso que en 2008 pronunció en Harvard J. K. Rowling, la autora de Harry Potter. Ella habló de su sufrimiento, de cómo había fracasado. Se había divorciado, lo había perdido todo, estaba en la indigencia y solo tenía a su hija y una máquina de escribir. Sus padres la habían educado toda su vida en un miedo absoluto a no valer, le habían metido el miedo en el cuerpo. El día en que fracasó, perdió todo y tocó fondo dejó de tener miedo porque lo que temía se hizo realidad y vio que aún estaba viva, que no era tan dramático como imaginaba.

“Fue la época más dura de mi vida pero salí fortalecida”

Un discurso emotivo, cercano y sencillo en torno a dos ideas principales: los beneficios inesperados del fracaso y la importancia de la imaginación. Un relato que encierra lecciones de vida en forma de frases motivacionales. La escritora cierra parafraseando al filósofo Séneca: ‘Como una obra teatral, así es la vida: importa no el tiempo, sino el acierto con que se ha representado’.


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