No hay cuarentena para la violencia machista

Solicitada Las Rojas Chacabuco.

Hoy, lunes 27 de abril de 2020, nos despertamos con la noticia de un intento de femicidio en nuestra ciudad. A 6 semanas del comienzo del aislamiento social obligatorio, a casi 30 femicidios contabilizados en dicho contexto.

La víctima es una mujer de 61 años que ya había realizado múltiples denuncias contra el femicida, que era su compañero y que convivía con ella de acuerdo a la noticia.

“Las personas en cuarentena, a pesar de este aislamiento obligatorio, pueden salir para efectuar sus denuncias en la Comisaría de la Mujer“Está contemplado”, informó la coordinadora del área de la Mujer, sentada atrás de un escritorio con el tapabocas obligatorio.

Pareciera ser que sólo eso está contemplado, que aún con la realidad que nos vive tirando cadáveres de mujeres víctimas de femicidio todos los días, con análisis psicológicos que denuncian que el encierro junto con el victimario sólo redunda en más violencia (psicológica,  económica, física), sólo estaría contemplado que puedan salir para efectuar sus denuncias.

Hace años que la única conclusión a la que se llega en las reuniones de la Mesa Local es que no están los recursos humanos  y económicos para afrontar esta problemática

Como venimos alertando desde Las Rojas, la violencia aumenta con el encierro. El hogar es el lugar donde más femicidios se comenten, y el aislamiento por el Covid-19 vino a profundizar esta realidad.

Las trabajadoras de la Línea 144 no tardaron en hacer oír su crítica situación: falta personal, faltan insumos de higiene para la pandemia, falta presupuesto para dar respuestas concretas; vivienda e ingresos para salir de la violencia.

Un “barbijo rojo” que no evita la pandemia

La propuesta es que la víctima de violencia además de poder llamar a la Línea 144, ahora también se pueda acercar o llamar a la farmacia del barrio, solicitar un barbijo rojo, y que de esa manera se active el procedimiento. ¿Cuál es el procedimiento? Contactar a la persona con la Línea 144. Y listo. Se terminó la novedad de la nueva campaña del flamante Ministerio de Mujeres y Diversidad.

Se hacen denuncias en las comisarías, en los juzgados, en las líneas de atención, en las redes sociales, en los servicios sociales… pero las respuestas del estado que garanticen que una mujer se puede ir de su casa con sus hijxs, que pueda tener una vivienda donde alojarse, un ingreso económico para subsistir, que el agresor sea distanciado – si hace falta por la fuerza – de las víctimas, esas respuestas son las que no llegan.

El problema no es que las mujeres y diversidades no hablen, el problema es que el estado no le da respuesta. (1)

Algunas medidas para dar respuesta a la violencia

Hay medidas bien concretas que pueden empezar a dar una respuesta.

-En primer lugar hay que garantizar alojamiento. Los hoteles pueden ser empleados YA mismo como refugios, con condiciones de habitabilidad y de higiene

-La implementación de subsidios del valor de la canasta familiar, que sirva para la manutención de las víctimas y de quienes tienen a cargo, hasta la inserción en un trabajo genuino.

-Y son fundamentales las medidas de protección y seguridad: la justicia debe garantizar que las medidas de restricción de acercamiento se cumplan, y quien las rompa que sea detenido inmediatamente. No pueden ser las víctimas quienes vivan encerrados, mientras los agresores se benefician con la justicia patriarcal. Con cuarentena y todo se ve cómo muchos rompen las restricciones de acercamiento.

Desde Las Rojas vemos que no hay cuarentena para la violencia machista, que la tasa de femicidios sigue corriendo y las victimas están obligadas a mantenerse en confinamiento con sus violentos. Para que se cumplan las exigencias del movimiento de mujeres tenemos que hacernos escuchar, una vez más, de la manera que siempre lo hicimos. El aislamiento nos mantiene afuera de la calle y nos quita la experiencia de la acción colectiva del reclamo. ¡Que el miedo no nos paralice!

Exigimos cárcel efectiva para el femicida y justicia para Sonia Ponce, quedando a disposición de la familia para acompañarles en las acciones que quieran llevar a cabo.

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