Los sistemas electorales y sus trampas

Se denomina sistema electoral al mecanismo mediante el cual el voto efectivo de la ciudadanía se refleja en los cargos electivos a ocupar, en los distintos distritos del país. (Ejemplo: Diputados Nacionales, Provinciales y concejales).

Todos los sistemas electorales del mundo tienen sus pequeños o grandes matices (para ser políticamente correcto) que influyen, no determinan, la composición concreta de los distintos poderes.  Valga la redundancia, la política es el estudio de las relaciones de poder (idealistas abstenerse).

El sistema electoral argentino, su última reforma fue en 2009, incorporó las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias, las famosas PASO.  Se denomina Primaria a lo que antes eran las internas de cada Partido Político para dirimir y elegir sus candidatos.  Lo que antes era limitado a los afiliados de cada Partido, ahora es para cada ciudadano, de ahí Abiertas; este hecho permite la libertad de elegir en los distintos candidatos de un espacio y luego, en la general, votar por otro.  En criollo, hacer un poco de maldad, ya que a veces los motivos del por qué de un voto no responden a querer poner a alguien, SINO A SACAR A ALGUIEN.

Este mecanismo tuvo un efecto indeseado, en vez de simplificar las opciones electorales, generó una proliferación de fuerzas electorales que obtienen una ganancia económica gracias al aporte del Estado, que por Ley tiene la obligación de financiar la participación las distintas ofertas electorales (impresión las boletas).

Otra de las características importantes de cada sistema electoral es el umbral de votos o el conocido “piso”. En nuestro país cada fuerza que supere el 1,5% del voto válido emitido de su Distrito podrá competir en la general.  Vale como anécdota (reitero: idealistas abstenerse) que el proyecto original preveía un piso de 3% para competir pero una negociación entre Néstor Kirchner y Margarita Stolbizer acordaron bajarlo para beneficio de la líder del minoritario GEN.  Al fin y al cabo la política es negociación, el show es para la televisión.

En su principio la idea era terminar con la atomización de la oferta electoral y de los partidos políticos, basta ver la cantidad de boletas en el cuarto oscuro para darse cuenta que esa intención quedo trunca por la realidad.  Ya escribiremos sobre este recurrente hecho de la inconsistencia entre intención y realidad fáctica (Ejemplo: la fracasada Ley de Alquileres).

Por último la Ley establece la Obligatoriedad de concurrir a votar para los mayores de 18 y optativo para los de 16 y 17 y mayores de 70 años.  Nuevamente la realidad superó la norma escrita y sabido es que la abstención electoral es cada vez mayor (cerca del 40% no está yendo a votar), máxime teniendo en cuenta que la sanción es la irrisoria multa de 100 pesos que nunca va a llegar (como las sanciones a quienes no respetaban la cuarentena).

En fin, así y todo el voto es la herramienta más directa de participación que tenemos para llegar a ciertos niveles, se sugiere aprovecharlo, más allá del escepticismo al que nos han arrastrado como sociedad.

*Licenciado en Ciencia Política UBA
*Profesor