Según afirmó a Chacabuco en Red, la baja en las coberturas responde a una combinación de factores “sociales, culturales, económicos y sanitarios”, especialmente profundizados en el período pospandemia.
Trotti explicó que la desinformación generada en torno a las vacunas contra el COVID-19 y el miedo que se instaló en parte de la población impactaron de lleno en el calendario de vacunación. A eso se suma la menor consulta al pediatra o al médico de cabecera y la pérdida de cobertura de obra social en muchos casos. “Han caído los controles pediátricos y a nivel nacional reaparecieron enfermedades como el sarampión y la tos convulsa”, advirtió.
La médica señaló que lo que ocurre es lo que se denomina una “ventana de susceptibilidad”, es decir, un retraso en las vacunas que, ante la presencia de un contagio externo —como puede ser un extranjero no vacunado— favorece la aparición de brotes.
“Desde lo que va del año tuvimos más o menos cinco o seis muertes por tos convulsa, la mayoría menores de un año”, informó. En Chacabuco se registró un caso reciente en el que el contagio provino del padre, que no tenía la vacunación actualizada. Trotti describió la enfermedad como “una enfermedad respiratoria muy característica por tos cianosante, tos que genera vómitos y una cosa que se llama reprise”, que puede tratarse con antibióticos pero que, en bebés pequeños, puede derivar en consecuencias fatales.
La funcionaria insistió en la importancia de que las familias revisen sus carnés y el de sus hijos: “Es muy importante que las familias tomen conciencia en esta época del año, actualizar su carné de vacunas, hacer los controles médicos, controlar la vacuna de los niños“.
En ese sentido, adelantó que desde la Dirección de Salud se solicitará el carné de vacunación para ingresar a las colonias y también en el ámbito escolar, como parte de una estrategia para elevar nuevamente las coberturas.
Trotti recordó que la protección contra la tos convulsa se aplica mediante la vacuna quíntuple o pentavalente, que se coloca a los 2, 4 y 6 meses, con un refuerzo entre los 15 y 18 meses y otro al ingreso escolar. Luego se aplica nuevamente a los 11 años, además de estar indicada en embarazadas desde la semana 20 y en los convivientes de prematuros.
La directora destacó el valor sanitario del esquema: “Es sumamente importante, previene enfermedades muy graves y es una herramienta única, gratuita, para prevenir muertes”.
Finalmente, sostuvo que la recuperación de las coberturas debe ser un trabajo conjunto:
“Hay que combinar entre el Estado, el gobierno, las escuelas y la salud, todas las estrategias que podamos para que los chicos estén vacunados”.