La inflación que nos condena

El informe es claro: a más de un millón de niñas, niños y adolescentes le falta una de las comidas diarias, pero no solo es eso.

Según UNICEF Argentina, esta situación también afectaría a tres millones de adultos. Además, uno de cada tres hogares no cubre sus gastos corrientes, el 50% no puede solventar los gastos escolares, uno de cada cuatro dejó de ir al médico o al odontólogo y casi un 20% ya no compra medicamentos.
Los resultados de la encuesta aseguran que el 36% de los hogares con niños dejó de comprar algún alimento por no tener dinero y qué, peor aún, este promedio alcanza el 50% en hogares que reciben la AUH y la Tarjeta Alimentar, programas de alcance nacional donde se otorga dinero pero que claramente no son suficientes y no son una solución real de la problemática, como sí lo sería el fomento a la producción y la búsqueda de la creación de trabajos dignos.

Sumado a esto, la clase media recurre a endeudarse para mantener condiciones mínimas para la niñez, siendo uno de las principales entidades crediticias ANSES. De más está decir que esto no garantiza en lo más mínimo la protección que la niñez y la adolescencia necesitan.

En materia educativa el informe comunica que los padres plantean que sus hijos verán afectados su desempeño futuro como estudiantes y el 50% de estos afirma que los aprendizajes de este año fueron escasos.

Señor Presidente, señor súper Ministro de Economía, desde nuestro lugar les encomendamos que enfoquen las próximas políticas económicas en resolver estas situaciones. Que ningún adolescente deba dejar de lado su educación para sostener los ingresos familiares, que el trabajo que realiza cada familia les otorgue dignidad y estabilidad y no dependan del Estado para llegar a fin de mes y, aún más importante, que no falte un plato de ninguna en ninguna mesa argentina.

Bloque de Concejales de “JUNTOS”.