“Estamos en un contexto económico complejo. A días de un nuevo aumento en los combustibles, los precios no encuentran techo. Los sostenidos incrementos en los costos de producción, mano de obra, combustibles e insumos; hicieron que las panaderías encontraran un único camino; ajustar el precio del producto”, expresó la funcionaria.
“Recorrimos las panaderías de la ciudad y en todas ellas surge un preocupante denominador común; el traslado a los precios a un producto infaltable en la mesa de todos los vecinos. Todos coinciden en que no les resulta simpático tener que aumentar pero la situación los obliga y pese a que el Gobierno nacional habría fijado nuevos precios de referencia sin impuestos, los panaderos manifestaron que es muy difícil conseguirlo. Ellos insisten y son conscientes que el pan es un producto muy sencible a todas las clases sociales”, agregó.
“En muchos casos, la única solución encontrada ha sido disminuir la producción, pasar a la informalidad o directamente cerrar la panadería”.
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