“La fuerza de la Lealtad”

Publicación pedida por el Partido Justicialista de Chacabuco

La capacidad del ser humano de generar lenguaje le posibilitó cargar de significado la realidad y apropiarse de ella. Algunos dicen que quien maneja mejor el lenguaje, tendrá mayores chances de conquistar el mundo que lo rodea, por ello, las palabras son un recurso valioso ya que a través de ellas circula el pensamiento y se construyen las ideas.
El peronismo fue el único partido político argentino que pudo inventar su propio lenguaje y utilizarlo en la elaboración de una doctrina. Palabras como Movimiento, Trabajadores, Justicia Social, Soberanía Política, Independencia Económica, Pueblo; todas adquirieron en el peronismo un significado singular. Y la razón de que esa doctrina encarnara en el pueblo trabajador con una fuerza tan arrolladora, reside en que todo ese conjunto de ideas crecieron al calor de las conquistas sociales que pudieron alcanzar las clases históricamente más relegadas. Términos como Compañero se sumaron a al acervo popular, impregnando la cultura de un colectivo que se empoderó haciéndolos suyos.
La Lealtad es quizá una de las palabras más hermosas del lenguaje peronista. Etimológicamente, una persona leal es aquella que vive de acuerdo a leyes que rigen su conducta. En el peronismo, es leal quien actúa respetando la doctrina, ese conjunto de principios que dan unidad de concepto al movimiento y señalan un camino con objetivos claros y concretos: la búsqueda incansable de la felicidad del Pueblo.
Por eso, cuando las minorías de la oligarquía intentaron sacar de la escena al líder que personificaba los anhelos de la clase trabajadora, el valor de la lealtad emergió de todos los rincones del país y movilizó el más impresionante colectivo social que se haya visto en la historia de nuestra Nación. De los lugares más recónditos salieron a defender a su representante, al político argentino más importante del siglo XX que interpretó las necesidades y los deseos del excluido, para volverlo artífice de su propio destino.
De este suceso inolvidable surgirían más palabras, que primero fueron usadas despectivamente por los oligarcas, pero después Evita las daría vuelta para dirigirse con amor a quienes más quería y defendía: los “cabecitas negras” o “descamisados”. El “aluvión zoológico” (frase empleada por los antiperonistas), iba abrazar a Perón para ya nunca más soltarlo, y siguiendo la doctrina del peronismo iba a constituirse en un actor social que se volvía protagonista por primera vez en la lucha por sus derechos. Lo que sobrevendría no sería fácil, costaría años de militancia, de lucha, de logros y también de persecución, golpes militares y muerte promovidas por aquellos que no soportan aceptar lo que deciden las mayorías en democracia. Pero esa, al menos por el día de hoy en el que celebramos esta epopeya popular, es otra historia.
PARTIDO JUSTICIALISTA DE CHACABUCO

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