COMPRA DE CAMIONES REGADORES

El apoderado de la empresa que vendió los camiones regadores había sido condenado por estafa

Así se desprende de un fallo judicial del Ministerio Público Fiscal de Neuquén.

Tras la polémica que dejó la compra de dos camiones regadores y la entrega como parte de pago de vehículos municipales considerados chatarras, se suma un nuevo capítulo que tiene que ver con el apoderado de la empresa que realizó la operación con el municipio de Chacabuco.

En el contrato de compra venta que firmó el municipio con la empresa de Neuquén está firmado por el Intendente Víctor Aiola y Fernando Darío Machado, éste último fue condenado, en septiembre de 2020, por la Justicia de esa provincia, por el delito de Estafa.

Los delitos que el fiscal del caso les imputó a Fernando Darío Machado fueron estafa reiteradas y defraudación (artículos 172 y 173, inciso 9, 45 y 55 del Código Penal) en carácter de coautor; el mismo delito a Carlos Rubén Penroz; estafas genéricas a Mauro Fernando Machado; y estafas reiteradas (172, 45 y 55 del Código Penal) a Walter Romano.

Las penas que se impusieron fueron dos años y tres meses de prisión en suspenso para Fernando Darío Machado; dos años de prisión en suspenso para Carlos Rubén Penroz; un año de prisión en suspenso para Mauro Fernando Machado; y un año y seis meses de prisión en suspenso para Walter Romano.

La teoría del caso del Ministerio Público Fiscal fue que “los acusados publicaban vehículos para la venta a precios razonables a través de sitios de internet como Mercado Libre y OLX. Por lo general, los interesados se contactaban telefónicamente y a partir de allí comenzaban las maniobras para defraudar a las víctimas: aparentaban ser una empresa y tener solvencia, y montaban la escena de una operación real.

Los engaños consistían en recibir en la ciudad de Neuquén a los compradores. Primero les mostraban el vehículo y luego los llevaban a una vivienda donde se realizaba el pago en dinero en efectivo. Una vez que se cerraba el negocio les indicaban donde quedaba el registro del automotor para finalizar el trámite y quedaban en encontrarse en ese lugar. Finalmente, no aparecían y tampoco el vehículo que era motivo del negocio”.

En el contrato de compra venta se ven las firmas del Intendente Aiola y el apoderado Machado

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