Desde 2015 el liderazgo de Aiola se afianza en la ciudad

Tres jugados, tres ganados. Hat-trick para el radicalismo local. Elección tras elección el espacio del intendente logra superarse. Análisis

Todo comenzó en el año 2015 cuando el nombre “Cambiemos” se empezaba a instalar en el país. Ese año, el médico pediatra Víctor Aiola, tomó las riendas de la UCR y fue el candidato por el frente que conformaron el partido centenario y el PRO.

El 25 de Octubre de 2015 votaron en nuestra ciudad un total de 33.982 personas, que correspondía al 84% del padrón habilitado. El final fue peleado. Aiola fue elegido intendente de Chacabuco con un total de 15.164 votos (47.24%). Muy cerca quedó el candidato del PJ, Darío Golía, que obtuvo 14.171 (44.15%). Menos de 1000 votos separaron al recién desembarcado en la política del dos veces intendente con largos años de militancia.

Pasaron dos años de gestión y el intendente actuó como si la falta de experiencia no hubiese existido. Llegó el 2017 y eligió a un candidato para que lo represente en las elecciones legislativas de ese año. El nombre que optó fue el de Rodolofo Serritella, un profesor de educación física que llegó desde Red Solidaria para militar junto al intendente.

Así fue que el 22 de Octubre de 2017 votaron en nuestra ciudad un total de 33.314 vecinos. Menos que la elección anterior. El porcentaje del ganador, mayor. El escrutinio definitivo determinó que la Alianza Cambiemos obtuvo 16.665 votos; un 52% de los chacabuquenses lo eligieron. Relegado quedó Unidad Ciudadana que se llevó 6.237 sufragios y más atrás el PJ con 5.357. La ciudad volvía a reafirmar lo que en el 2015 había elegido.

Llegó el año 2019. La profunda crisis económica y social que se empezó a gestar en 2015 llegó a su clímax. El presidente Macri estaba en su peor momento desde que asumió el poder. El peronismo sabía que esa debilidad de toda la cúpula nacional y provincial era su oportunidad para recuperar la ciudad. Así se prepararon y así se equivocaron.

Los resultados de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) alentaban las aspiraciones de todos los simpatizantes del justicialismo. Sumando la interna del Frente de Todos, le habían ganado al intendente Aiola por poco más de 400 votos. Eran buenas noticias.

Quisieron dar la estocada final con una serie de visitas que paralizaron la ciudad. Primero llegó el candidato y ahora gobernador electo Axel Kicillof, luego visitó Chacabuco el candidato y hoy presidente electo, Alberto Fernández. Más tarde lo hizo el candidato y hoy diputado electo Sergio Massa. Nada podia “malir sal“.

Como máximo, las encuestas que manejaban cada uno de los sectores daban una diferencia de 1500 votos. Las encuestas de las redes, empate.

Ciminelli, el candidato del Frente de Todos y su equipo estaban confiados que el arrastre nacional favoreciera a su espacio y así pudieran vencer. ¿Se relajaron?.

Aiola y su equipo trabajo voto a voto. La estrategia del corte del boleta, de la cual el intendente se despegó, rindió su frutos. “En Chacabuco la gente no corta” se escuchaba decir a referentes justicialistas por todos los rincones. La gente de Chacabuco cortó. Y mucho

Así fue que empujado por un repunte del presidente de último momento, el escrutinio provisorio del 27 de Octubre de 2019 en el que votaron un total de 35.976 personas mostró que al actual intendente lo votaron 18.417 vecinos (53.12%), seguido de Ricardo Ciminelli que sacó 15.068 votos (43.46%).

Este año votaron solamente 1994 personas más que en el 2015, Aiola se volvió a superar y obtuvo 3.253 votos más que esa elección.

Tres jugados, tres ganados. Hattrick para el radicalismo local. Desde 2015 lograron superarse en cada elección. El tiempo dirá si podrán mantener esa tendencia en las próximas elecciones. Aiola se acaba en 2023. Por ley, no podrá volver a presentarse como candidato a intendente. ¿Encontrará un candidato al que el vecino apruebe como lo hizo con él?. Veremos.

El futuro del PJ, debate aparte.

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