Chacabuquenses en el lugar donde se estrelló el avión uruguayo

(Galería de Fotos) Relato de la aventura que vivió un grupo de chacabuquenses en la Cordillera de los Andes.

El 10 de enero un grupo de Chacabuco dirigido por Joaquin Scocco y Arturo Ganly y conformado por Miguel Matteucci, Mariano Salinas, Hugo Torcassi, Gaston Capodarco, Ignacio Gastaldi, Ricardo Mora, Esteban Marchessi, Claudio Bruno, Gonzalo Bassola, Maximiliano De Bello, se dispusieron a cumplir con un sueño, llegar al mítico planchón donde descansan los restos del avión de la recordada “tragedia de los Andes” o para muchos el Milagro de los Andes…

La travesía implicó 5 días de caminata, 4 cruces de ríos (Atuel, Rosado, Barroso y Lagrima), vientos, cambios de clima permanente y un exigente ascenso hasta el lugar del hecho.

Después de 3 días intensos, todo el grupo felizmente llego al memorial, la cruz recordatoria donde realizó un respetuoso homenaje a las víctimas, un lugar verdaderamente impactante y fuerte donde afloran todos los sentimientos.

El sitio donde quedó el avión es una pendiente de los Andes que mira al este, a 3.500 msnm, en el glaciar de las Lágrimas, en la alta cuenca del río Atuel.

Se ubica en el distrito Malargüe, muy próximo al límite con el distrito El Sosneado, en el departamento San Rafael Mendoza, en el centro-oeste de la Argentina.

Un poco de Historia

El viernes 13 de octubre de 1972, un avión uruguayo con 45 personas a bordo se estrelló en los Andes. El grupo estaba compuesto por jóvenes jugadores de rugby, sus amigos y parientes.

Los sobrevivientes al choque quedaron atrapados por las montañas nevadas a casi 4.000msnm de altitud, sin comida suficiente, sin agua, sin vestimenta adecuada y soportando temperaturas menores a -30ºC.

Al décimo día se enteraron, a través de un pequeño receptor de radio, que la búsqueda del avión había sido suspendida, dándoselos por muertos. Sabiéndose abandonados, la salida de ese lugar quedaba exclusivamente en sus propios intentos de encontrar un camino al valle.

Finalmente, dos de los sobrevivientes lograron, con enorme sacrificio y en condiciones inhumanas, cruzar a pie la cadena montañosa de los Andes. Tras caminar 10 días, encontraron al arriero Sergio Catalán, quien salió en busca de ayuda y regresó con un grupo de rescate.

72 días después un grito recorrió el mundo: ¡Viven! De los 45 pasajeros, 16 habían logrado sobrevivir, soportando temperaturas extremas, avalanchas y demás.

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