PANORAMA AGRÍCOLA

Carlos Martinetti: “Si no hay una disminución de las retenciones al agro, el productor no va a vender”

El corredor de granos señaló que, con los cambios que hubo en materia cambiaria y la baja del dólar, hoy se recibe menos que antes.

Las nuevas medidas tomadas en materia cambiaria hicieron que las ventas agrícolas, que ya venían flojas, se reduzcan aún más, debido a la baja del dólar. Para el corredor de granos Carlos Daniel Martinetti, representante de la firma Grassi SA, eso seguirá así hasta que no haya una reducción significativa de las retenciones. Además, consideró que, de no haber cambios, la situación por la que atraviesa el sector se sentirá a partir de la mitad de año en la economía de ciudades como Chacabuco.

“Hace bastante tiempo, diría un par de años, que la comercialización bajó a niveles mínimos”, dijo Martinetti, al trazar un panorama sobre el mercado de granos. Esto, dijo, se debió, primero, a la sequía y sus consecuencias, a lo que se sumaron luego otros factores y, en los últimos días, los cambios que hubo con el dólar, que lejos de haber estimulado las ventas, las frenaron.

“La producción de este año va a estar muy cerca de lo normal, pero las ventas no, porque son muy, pero muy medidas. Podemos escuchar a periodistas de Capital Federal diciendo que hay 4.000 camiones en los puertos de Rosario, pero eso no quiere decir que sean ventas de ahora. Lo que pasa es que cuando arranca la cosecha se empiezan a cumplir los compromisos, que pueden ser canjes de semillas o implementos, negocios a futuro que se han hecho antes y, obviamente, alguna venta disponible que hay. Pero esto no tiene nada que ver con los años brillantes de la Argentina”, explicó.

“Así no va”

Para Martinetti, la modificación que hubo en el esquema cambiario, y sobre todo la baja que tuvo el dólar, “ha hecho que la gente, sobre todo en nuestras zonas de producción, se concentre en cosechar, no en vender”. Actualmente, la cosecha está enfocada en la soja de primera, cuyos rindes, dijo, son bastante buenos, pero los de maíz de primera estuvieron flojos. Ahora se espera lo que vaya a pasar con el maíz de segunda, que se recolectará desde las próximas semanas, y sobre el que hay buenas expectativas.

Volviendo al tema de las ventas, Martinetti aclaró cómo son las cosas: “Uno escucha a gente que no está en el tema, incluso al Presidente y a periodistas nacionales, que dicen que el campo tiene que liquidar los dólares. En realidad, el campo no liquida, sino que vende y compra en pesos. El que liquida es el exportador que, obviamente, tiene más espaldas como para posicionarse de una manera o de otra frente a las circunstancias, como son ahora las modificaciones cambiarias. Hasta ahora se utilizaba como referencia al dólar blend, que estaba entre 1.100 y 1.200 pesos, pero cuando comenzó el nuevo sistema se bajó a menos de eso. Por ende, lo que recibe el productor que vende es menos. Mi opinión personal es que con una tendencia del dólar a la baja como hay ahora, que va rumbo a los 1.000 pesos, así no va. Salvo que por alguna razón, incluso internacional, el dólar pegue la vuelta hacia la parte más alta de la franja, lo cual repercutiría en los precios, el Gobierno va a tener que tomar medidas específicas con el campo, porque no se van a vender los granos que el exportador tiene que liquidar”.

“No dan las cuentas”

-El hecho de que el 30 de junio se elimine la reducción de las retenciones, ¿puede impulsar a los productores a vender los granos antes de esa fecha?
-A riesgo de equivocarme, diría que no. No digo una quita total, porque no creo que la hagan, pero si no hay una disminución específica de las retenciones para el agro, el productor no va a vender. No es porque sean caprichosos o especuladores, sino porque no dan las cuentas. Un ejemplo sencillo: un productor en campo propio que en nuestra zona sembró maíz y sacó 7.000 u 8.000 kilos por hectárea, que es el promedio, tiene que hacer bien las cuentas para ver si salió hecho, y el que alquila perdió. Para mí, si quieren recursos del campo van a tener que hacer algo específico, como bajar bastante las retenciones. Si no, el productor no va a vender.

-¿Y puede aguantar?
-El año de la sequía y el siguiente, que también fue malo, el productor los aguantó porque, teniendo la experiencia de otros tiempos, no hizo grandes inversiones. Por ahí alguno dice “pero cambió la camioneta”, pero para un campo una camioneta no es significativa, sí lo es cambiar una cosechadora, comprar herramientas de primer nivel o comprar un pedazo más de campo. Esas, que son las inversiones fuertes que hace el agro, no se dan en forma masiva desde hace 2 o 3 años. Por eso, el productor va piloteando la situación porque no hizo las inversiones que por ahí se hacen en épocas normales.

-¿Cómo puede influir esto en la parte urbana?
-Por ahí ahora no nos damos tanto cuenta porque en nuestra ciudad tenemos la suerte de que hay muchos campos de menores dimensiones que en otras zonas, donde hay estancias de 15.000 o 20.000 hectáreas. Si esto no cambia, acá se va a empezar a notar la situación cuando empiece a aflojar el movimiento de la cosecha. Ahora hay mucho movimiento porque trabaja el que vende repuestos, el camionero, las estaciones de servicio…, es una cadena importantísima. Si no hay cambios, creo que hacia mitad de año se va a notar la disminución del aporte del campo a nuestras ciudades.

-¿Qué perspectivas ve?
-No podemos tener muchas perspectivas, porque si bien este sistema nacional es parecido a otras épocas, tiene algunos condimentos distintos y quienes ya tenemos unos añitos y hemos vivido unas cuantas, en el fondo tenemos la esperanza de que todo sea para bien. Dicen los economistas que de las tres patas que hay para mantener el sistema económico del país con éxito, se están aplicando las tres. Tenemos la esperanza de que alguna vez el país levante cabeza. Es una esperanza que seguimos teniendo a pesar de que nos hemos quemado tantas veces, porque el esfuerzo es muy grande, tanto del último obrero de una pyme como del mayor empresario. En Chacabuco tenemos hermosas industrias, sobre todo relacionadas con la alimentación, que tienen que hacer malabares. Por ahí alguien dice que venden mucho, pero para eso hay que jugar con un montón de variables. Por eso es que creo que el país, por toda esta gente que pone lo suyo, merece despegar de una vez por todas. En general tenemos capacidad humana, aunque en estos tiempos cuestan un poco las renovaciones, y tenemos empresarios inversores, así que esperemos que ahora aparezca crédito accesible para que esas empresas puedan despegar.

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