A casi dos meses de la cuarentena, ¿a dónde llega la ayuda?

Publicación pedida por el Partido Obrero de Chacabuco.

A partir del dictamen del aislamiento social obligatorio, para muchos trabajadores informales y desocupados cubrir sus necesidades básicas se convirtió en una odisea. El gobierno municipal, al ver a las personas preocupadas por la necesidad de comer creó el Consejo Social, llamando a todos los partidos políticos (menos al Partido Obrero) y a organizaciones sociales, tales como Barrios de Pie, Red Solidaria, Cruz Roja, clubes, sindicatos, entre otros, con el fin de que, a través de donaciones, se repartan bolsines a todas aquellas personas que lo necesiten. 

Reciben tanto donaciones de alimentos y artículos de limpieza como de dinero, que depositan los vecinos en una cuenta del banco Credicoop. Nótese que el municipio no pone un solo peso de las arcas estatales mientras sigue recaudando a través de multas.

Los representantes del Consejo han dicho en medios locales que en marzo habían llegado a 1700 casas. “(…) Hay mucha gente que está trabajando en esto y tratamos de cubrir todo lo que tenemos a nuestro alcance, pero realmente sabemos y entendemos a aquel que todavía está enojado porque todavía no llegamos, no pudimos llegar a todas las necesidades.(…)” confiesa un integrante sindicalista. La pregunta es, si el municipio forma parte de la logística ¿no tienen ellos los medios tanto económicos como físicos para repartir muchos más que 100 bolsines por día? ¿si son gobierno y no llegan, teniendo en cuenta todos sus recursos, quién debería hacerlo? 
Entregan entre 100 y 150 bolsines diarios, y la demanda, por el parate laboral, es mucha. Debido a esto, en la ciudad surgieron otras organizaciones solidarias de vecinos, quienes tomaron la decisión de ayudar por su cuenta, pero sus acciones fueron “censuradas” por el Consejo Social.

Mientras tanto, llueven los mensajes de vecinos preocupados porque a los barrios más alejados no llega la ayuda, mucho menos a la zona de quintas, y crecen los reclamos al mismo tiempo que las necesidades. El hambre no espera, desespera. 

Se recaudaron alrededor de $900.000 destinados a la compra de mercadería, de los cuales ya se usaron unos $500.000. Lo más adecuado sería que el Estado Municipal rinda cuenta sobre las compras, cuándo y dónde se gastó el dinero donado por los vecinos.  

El hambre no es causa de la pandemia, sino que se acentúa. Por eso pedimos que el municipio ponga todos sus recursos humanos y materiales a disposición de la entrega de los bolsines, que lleguen a los barrios alejados, que se amplíe el horario de atención de desarrollo social y que se publiquen los registros de las compras realizadas con el dinero de los vecinos. Si de esta salimos entre todos, que la Municipalidad dé el ejemplo.

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