El 24 de febrero de 1946 con el triunfo de la fórmula Perón Quijano se pone fin a lo que se llama la Década de Infame, desgraciadamente para nuestra patria y nuestro pueblo los gobiernos conservadores que se sucedieron a partir de ahí no desarrollaron ningún tipo de política social y prácticamente no se sancionaron leyes laborales en ese período.
Esto produjo una verdadera acumulación de demandas por parte de la clase trabajadora. Merced a su lucha y a los dirigentes de izquierdas de entonces anarquistas y socialistas debe su cargo de secretario de trabajo y previsión y de sus discursos en 1944 comenzó a defender el derecho de los obreros a vivir una vida digna y a entregarse al consumo. Perón convenció al gobierno militar de las ventajas de encarar un plan político basado en proponer en ese entonces una alianza de clases insistiendo en qué después de la guerra, Argentina debería aumentar el consumo porque naturalmente bajarían las ventas al exterior y habría menos divisas para importar productos elaborado recordemos que regía el modelo agroexportador oligárquico sin industria ciencia y tecnología.
Para este plan el rol del estado era fundamental, invertirían obras de infraestructura y tomaría a su cargo los servicios públicos para abaratar los costos. Perón se sirvió de viejos proyectos socialistas que nunca habían sido aprobados y estaban cajoneados en el congreso y así impulsó la creación de tribunales laborales y de convenios colectivos de trabajo, promulgó leyes jubilatorias para todos los gremios decretó las vacaciones pagas y el aguinaldo reglamentó la jornada de 8 horas y enfrentó a los terratenientes sancionando el estatuto del peón, primera legislación protectora de los derechos del trabajador y del campo.
Posteriormente se apoderará de parte de la renta diferencial de la tierra con la que impulsará la industrialización del país. El poder de Perón fue creciendo junto con su popularidad a su vez la oligarquía y otros sectores del ejército antinacional presionaban en su contra y Perón fue obligado a renunciar, lo detuvieron y lo trasladaron a la isla Martín García, pero los trabajadores y otros sectores sociales convocaron a concentrarse en la Plaza de Mayo para pedir su libertad y regresó. Así, el 17 de octubre ocuparon la plaza decididos a no moverse hasta que Perón apareciera en los balcones de la Casa Rosada.
Por la noche, el Coronel pudo estrenar su saludo con los brazos en alto, las elecciones de febrero de 1946 fueron las primeras sin fraude en muchos años y la fórmula Perón Quijano se consagró ganadora. Lo que vendrá después es otra historia.