En el marco del primer aniversario de su operación, Macarena Barrios, vecina de Chacabuco, celebra un hito tan personal como comunitario: regresar al mundo de los sonidos a través de un implante coclear. Su historia, acompañada por una movilización solidaria, pone en evidencia el poder de la empatía y el impacto de la tecnología auditiva.
Desde comienzos de 2021, Macarena enfrentó una pérdida auditiva progresiva que la dejó con una sordera total en un oído y apenas un 25 % de audición en el otro . Además, sufría acúfenos constantes, un zumbido persistente que la acompañaba día y noche, alterando su sueño y su bienestar .
Tras varios estudios con especialistas, se confirmó que era candidata a un implante coclear, la única opción con posibilidades reales de recuperarla a la comunicación sonora. Pero la cirugía, realizada el 14 de junio de 2024 en La Pequeña Familia de Junín, implicaba un costo estimado en cinco millones de pesos, un obstáculo que difícilmente podría sortear sola .
Para recolectar los fondos necesarios, Macarena lanzó una campaña que incluyó rifas, el apoyo de Red Solidaria, su familia, vecinos, el sindicato UOMA, y autoridades locales, incluyendo al intendente Darío Golía . Gracias a ese esfuerzo colectivo, logró reunir el dinero justo a tiempo para la intervención.
Conmovida, compartió tras la cirugía: “La verdad que estoy conmovida. Chacabuco se unió para mí. Volver a escuchar sonidos que ya no escuchaba es realmente muy emocionante” .
Hoy, un año después, Macarena describe a Chacabuco en Red su resurrección sensorial: “puedo oír la lluvia, las voces de mis seres queridos, el tictac de un reloj… sonidos que parecían olvidados. El implante coclear no es mágico, me ayuda a estar conectada al exterior, pero no dejo de ser hipoacúsica, siempre dependeré de la empatía del otro”, reflexiona.
Especialistas indican que los implantes cocleares son indicados para quienes presentan hipoacusia severa o profunda y no obtienen suficiente beneficio de los audífonos . No restituyen la audición de forma perfecta, pero transforman la calidad de vida al permitir reintegrarse plenamente el tejido sonoro que rodea a cada persona.
La hipoacusia—alteración que afectaba a Macarena desde los ocho años—es una condición frecuente en Argentina, donde la legislación garantiza la cobertura de audífonos, prótesis auditivas, rehabilitación e implantes cocleares . Sin embargo, en el caso de Macarena, su obra social le negó la cobertura en 3 oportunidades.
Un implante coclear combina una unidad interna colocada sobre el cráneo y un procesador externo con micrófono, capaz de convertir sonidos en señales eléctricas para estimular directamente el nervio auditivo . Pero el logro de su integración real depende también de la rehabilitación y del apoyo emocional y comunitario.
El recorrido de Macarena es reflejo de varias verdades: la ciencia puede abrir puertas que parecían cerradas; la tecnología llega más lejos cuando la comunidad se moviliza; y el camino hacia la recuperación siempre es acompañado. Como ella misma lo afirma, “cada pequeño sonido del día a día hoy tiene un peso distinto”.
Esta es la nota que le hacíamos en Chacabuco en Red para difundir su causa: