Ferrero, quien estudió Ciencias de la Atmósfera en la UBA, contó cómo llegó a la carrera: “Siempre me gustaron la matemática y la física, pero quería aplicarlas a algo. Investigué y descubrí la meteorología, que combina esas ciencias con la observación de la atmósfera. Es una carrera difícil, de muchos años de estudio, pero apasionante”.
Tras varios años en Buenos Aires, donde se desempeñó en el área de Agrometeorología del SMN, Ferrero decidió volver a Chacabuco. Desde hace años trabaja en la estación meteorológica de Junín Aero, ubicada en el aeródromo de esa ciudad.
“Lo que hacemos es la obtención de datos: temperatura, presión, viento, humedad, precipitaciones, nubosidad, visibilidad. Somos el primer eslabón de la meteorología, porque sin datos no hay pronósticos ni estadísticas”, explicó.
En la actualidad, el SMN cuenta con 125 estaciones en todo el país, incluyendo la Antártida. Sin embargo, Ferrero reconoció que “hace falta más personal y más puntos de medición”, lo que impacta en la calidad de los pronósticos.
Consultada sobre la precisión de los pronósticos, la especialista aclaró: “No es exacto, la atmósfera es muy variable. Los modelos meteorológicos son ecuaciones matemáticas que intentan representarla, pero siempre hay margen de error. Por eso es clave la tarea de los profesionales que interpretan esos datos las 24 horas”.
En cuanto a la comparación con otros países, destacó la calidad de los profesionales argentinos: “Quizás falte tecnología, pero el capital humano es excelente. Por ejemplo, la exdirectora del SMN hoy es secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial”.
Ferrero analizó la situación actual en la región: “Venimos de tres años de sequía muy fuerte, donde llovía la mitad de lo que debía llover. Este año, en cambio, ya superamos los mil milímetros y todavía falta. La tendencia que muestran las estadísticas es un aumento de las precipitaciones anuales”.
Además, señaló un cambio en la forma de llover: “Hoy no llueve tantos días en el mes, pero cuando llueve, lo hace de manera intensa. En dos días de esta semana, por ejemplo, cayeron 116 milímetros, cuando lo normal para agosto son 40 en todo el mes”.
A nivel global, reconoció que existe un proceso de calentamiento: “La temperatura promedio mundial está en ascenso. Hay un componente cíclico ligado al Sol y a la dinámica de la Tierra, pero también hay una influencia humana por la contaminación. No se puede negar esa parte”.
Finalmente, Ferrero se refirió a la posibilidad de contar con una estación meteorológica oficial en Chacabuco: “Hoy dependemos de la estación de Junín. Estaría buenísimo que hubiera una en nuestra ciudad, porque incluso entre Chacabuco y Junín puede haber grandes diferencias en las precipitaciones. Ojalá en algún momento, a través del Estado o de privados, se pueda armar una red local de observación”.