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La historia de Fran, un niño de 10 años oriundo de Chacabuco, y su mamá, Daiana Ortiz, es un ejemplo conmovedor de cómo el sistema público de salud puede marcar la diferencia, incluso en tiempos de crisis. Fran padece insuficiencia suprarrenal (Enfermedad de Addison), una enfermedad crónica provocada por el mal funcionamiento de una glándula ubicada sobre el riñón. La afección impide que su cuerpo produzca corticoides, lo que puede generar episodios graves de desvanecimiento, debilidad, fatiga, malestar estomacal, vómito o diarrea grave entre otras cosas.
La situación de Fran comenzó a complicarse a comienzos de 2023. “Empezó con descomposturas, no quería comer ni tomar agua, todo le hacía mal”, recuerda Daiana. En un primer momento, los médicos le diagnosticaron gastroenteritis, ya que el niño no presentaba otros síntomas. Pero su estado empeoraba día a día.
Ante el deterioro de su salud, la doctora Celeste Trotti, médica del Hospital Municipal de Chacabuco y actual directora de Salud, recomendó su internación urgente. Luego de estabilizarlo, el 3 de marzo se gestionó el traslado al Hospital Garrahan en Buenos Aires.
Una atención que marcó la diferencia
La llegada al Garrahan fue determinante. Según relata Daiana, la médica que los recibió fue contundente: si Fran hubiera llegado unos días más tarde, su vida habría estado en serio riesgo. De inmediato, el equipo médico inició estudios exhaustivos, incluso durante la madrugada. A las 2 de la mañana, ya le estaban realizando estudios.
Al día siguiente, con los resultados en mano, se confirmó el diagnóstico: enfermedad de Addison, una forma de insuficiencia suprarrenal que no tiene cura, pero que puede ser tratada con medicación diaria. Desde entonces, Fran debe tomar corticoides tres veces por día, ajustando las dosis según los controles médicos.
“Desde el primer momento, la atención fue excelente”, asegura Daiana. “A cada rato venían a ver cómo estaba, qué necesitaba. La nutricionista pasaba a las 6 de la mañana para preguntarle a Fran qué quería comer durante el día, y se lo traían tal cual”.
Durante los ocho días de internación, madre e hijo recibieron alojamiento, atención médica y alimentación gratuita. Solo el desayuno y la merienda de Daiana debían ser costeados por su cuenta. “No pagamos nada de nada”, destaca.
El Garrahan en crisis: un contraste preocupante
La experiencia de Daiana y Fran se da en un contexto alarmante: el Hospital Garrahan atraviesa una profunda crisis salarial y de recursos humanos. Desde hace semanas, profesionales de la salud y personal administrativo reclaman mejoras salariales urgentes. A pesar de ser un hospital modelo y de referencia en pediatría en todo el país, muchos de sus trabajadores perciben sueldos muy por debajo del costo de vida.
“Es muy difícil de entender. Ellos trabajan todo el día, están disponibles a cualquier hora, y aún así tienen que salir a reclamar por un salario digno”, reflexiona Daiana. “Lo que hacen no se paga con nada”.
Una red de salud que sigue funcionando
Hoy, Fran lleva una vida normal gracias al tratamiento. Cada tres meses viaja a Buenos Aires para hacerse análisis, y luego retorna para su control con la endocrinóloga del Garrahan.
En diciembre pasado, Fran sufrió una recaída. Fue internado en Chacabuco por tres días y, gracias a la atención rápida, no fue necesario trasladarlo nuevamente al Garrahan.
A pesar del desgaste emocional y físico, Daiana valora cada paso del camino recorrido. “Estoy totalmente conforme con la atención. Nos contuvieron, nos informaron, y siempre priorizaron el bienestar de Fran”, afirmó.
Aquí esta la entrevista completa:
Que pretendemos de el HDP miserable que tenemos de presidente, si no le interesa los niños,ni los abuelos y menos de nosotros.