Así como el juicio por la muerte de Diego Maradona tuvo en estos días la participación, como testigo, de un médico de Chacabuco, Fernando Villarejo, un policía oriundo de nuestra ciudad también prestó declaración, pero en marzo pasado, en el debate que se desarrolla en los Tribunales de San Isidro. Su nombre es Javier Leonardo Mendoza, es comisario de la Policía Provincial y el 25 de noviembre de 2020, día del fallecimiento del astro, estuvo apostado ante la casa en la que se registró el deceso. El exvecino de nuestra ciudad tiene más de 20 años de antigüedad en la fuerza policial y ha desarrollado toda su carrera en municipios de la Zona Norte del conurbano bonaerense, donde tuvo actuación en casos de mucha resonancia.
Mendoza cursó sus estudios primarios en la Escuela N° 10 y los secundarios en el Colegio Nacional Superior. Una vez que egresó, decidió ser policía y compartió la preparación con algunos efectivos que han tenido actuación en Chacabuco, como el comisario Claudio Cabella. Una vez que egresó, en 2002, cuando tenía 20 años, junto a los demás integrantes de la promoción fue enviado a cumplir funciones a comisaría de municipios del norte del Gran Buenos Aires.
“Después de estar un tiempo ahí algunos lograron regresar a Chacabuco, que era la idea, porque uno quería ser policía de pueblo, pero yo no tuve suerte. Así que me quedé haciendo la vida acá, al poco tiempo me puse de novio y me quedé instalado en Béccar, partido de San Isidro, que fue mi primer destino”, contó Mendoza en diálogo con Chacabuco en Red.
En los años siguientes continuó cumpliendo funciones en comisarías de esa zona, por lo general como jefe de calle. Así llegó al grado de oficial principal cuando se desempeñaba en la comisaría primera de San Isidro y luego ascendió a subcomisario. A comienzos de 2019, poco después de la muerte de la modelo Natacha Jaitt, le tocó asumir al frente de la comisaría de Benavídez, en cuya jurisdicción se había producido el hecho.
“¿Podés creer que falleció Maradona?”
“Esa vez me llamó un comisario general que estaba a cargo de la Zona, Hugo Natiello, que en paz descanse, y me dijo que tenía que hacerme cargo de Benavídez. ‘No’, le digo, ‘jefe, yo hace dos días que soy subcomisario’, pero me dijo que tenía que ir y hacerme cargo. Así que marché hacia esa comisaría, que es grandísima, con mucho laburo, la cual tenía una subdependencia en Villa La Ñata, la cual incluía dos barrios muy importantes, que también dependían de mí, que eran Nordelta y Villa Nueva. Me fui ahí con un inspector principal que era Lucas Farías, con el que venía de trabajar en San Isidro”, contó.
A mediados de noviembre de 2020 se enteró que en una casa particular del barrio San Andrés, que se encuentra en Villa Nueva, estaba Diego Maradona, que recientemente había sido operado en la Clínica Olivos, y pocos días después, cerca del mediodía del 25, recibió un llamado de Farías. “‘¿Podés creer que falleció Maradona?’, me dijo. ‘No puede ser’, le digo, y él me dijo que sí, que había fallecido y que estaba yendo para la casa. Después hablé con la fiscal Laura Capra. ‘Mendoza, ¿me está jodiendo? ¿Murió Maradona? No nos puede pasar esto’, me decía la fiscal, con la que tenía mucha confianza porque allá la comisaría está al lado de la Fiscalía”.
Minutos después, Mendoza se dirigió hacia la casa en la que yacía el cuerpo del astro futbolístico. “El barrio era un lío bárbaro, estaba la gente afuera. Yo ya le había dicho a Farías que hiciera el perímetro de la habitación si ya estaba el certificado de óbito de Maradona. Cuando llegué estaba afuera el grupo familiar, la exmujer Claudia Villafañe, las hijas, los custodios, la empleada doméstica, personal médico. Yo no entré a la casa, Farías sí lo había hecho y pudo ver que había fallecido y me comentó que tenía la panza muy hinchada, que estaba boca arriba, y que no había entrado del todo a la habitación”.
Durante esos minutos, Mendoza trabajó fuera de la casa en la contención de la familia y en mantener el perímetro externo, pues a esa altura en el lugar comenzaban a concentrarse periodistas y vecinos. En esos momentos llegaron también otras autoridades policiales e integrantes de la Fiscalía General.
“Después llegó personal de Criminalística a hacer las pericias, se llevaron el cuerpo en coordinación con la Policía Vial y finalizó mi labor de contención. Fue algo que me quedó para toda la vida, porque se había muerto Dios”, completó el comisario, que dijo haber sido un amante del fútbol en general y en particular del de Chacabuco, donde jugó en Huracán.
El 18 de marzo pasado Mendoza declaró como testigo en el juicio que se lleva adelante por el fallecimiento de Maradona. En esa jornada también estuvieron el principal Farías y los comisarios Lucas Rodrigo Borge y Carlos Hugo Carranza. Sus testimonios fueron considerados muy importantes por la Fiscalía, por considerar que, debido a sus funciones, tuvieron una mirada menos influenciada sobre cómo se encontraba Maradona apenas falleció. Durante sus declaraciones fue utilizada una maqueta de la casa en la que estaba el Diez que fue aportada por el abogado Fernando Burlando, representante de Dalma y Giannina Maradona.
“La maqueta sirvió, sobre todo, para indicar dónde estaba el cuerpo de Diego y dónde se habían hecho los perímetros. Fue más que nada para ilustrar dónde estaban las ubicaciones, porque después el trabajo principal lo hizo la Policía Científica. Ahora el trámite judicial está en pleno desarrollo, y no sé cómo terminará todo”, afirmó.
Mendoza comentó que días atrás leyó que iba a ir a declarar otro chacabuquense, el médico Villarejo, que era el jefe de Terapia Intensiva de la Clínica Olivos cuando Maradona estuvo internado allí.
Una trayectoria destacada

A lo largo de su trayectoria, el jefe policial chacabuquense ha recibido varios reconocimientos, como el Premio Legislatura, que recibió en diciembre de 2018, durante el acto por el aniversario de la Policía de la Provincia, en mérito por haber participado en importantes investigaciones. Una de ellas fue la que permitió la detención de los autores de un violento asalto sufrido en septiembre de 2017 por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, y su familia en su casa de San Isidro.
El policía chacabuquense también intervino en el esclarecimiento del intento de atentado, en 2018, a un fiscal de San Isidro, Patricio Ferrari. Más recientemente, en noviembre de 2024, encabezó el grupo de policías que detuvieron en un boliche de Don Torcuato al jefe de un grupo conocido como La Banda del Millón, que está acusada de numerosos hechos, entre ellos el homicidio de un empresario llamado Jorge De Marco, y un robo sufrido por el conductor televisivo Baby Etchecopar.
“Como fui mucho tiempo jefe de calle, conozco mucho la zona norte, estuve en numerosas investigaciones y conozco mucho la villa La Cava porque trabaje siempre ahí, donde hay un grupo muy conocido, que es La Banda del Millón, que son como 40 y siempre cometen hechos grandes en la zona de Lomas de San Isidro. He intervenido en detenciones muy importantes, es algo que me gusta, me apasiona. Me gusta lo que hago y le dedico todo el día. Actualmente no estoy en una comisaría, sino que soy jefe del Comando de Patrullas de Tigre, donde tengo a cargo 200 efectivos y 23 móviles y trabajo en forma conjunta con el Municipio de Tigre, que trabaja muy bien, y con la superioridad policial”, dijo el policía, y mencionó los nombres de sus jefes, los comisarios Juan Peralta y Lucas Borge, además de recordar que el subjefe de la Policía de la Provincia, Leandro Sarlo, también es de Chacabuco. “Estamos trabajando muy bien”, manifestó Mendoza, a quien, igualmente, lo que más le quedó grabado en la memoria es el día en que estuvo en la puerta de la casa en la que se hallaba el cuerpo de Diego Maradona.
“Fue un escalofrío. Al otro día ponía los canales de televisión y veía a la gente llorando en Nápoli y se me ponía la piel de gallina. Es algo que me quedó en el corazón para siempre. Para mí fue como si se hubiera muerto Dios, porque en fútbol fue y será lo más grande que haya habido en la Tierra, por lo menos para mi generación. Ahora está Messi, pero para mí lo más grande fue Diego”, relató Mendoza, que, además, no ocultó su pasión por Chacabuco.
“Yo amo Chacabuco. Voy cada 15 o 20 días y allá tengo a mis viejos y mis cuatro hermanos, Chacabuco es mi casa. Es pasión que tengo por Chacabuco”, dijo antes de despedirse.

