Bautista Santora tiene 27 años y es licenciado en Ciencias Ambientales. Además de trabajar en una empresa de servicios climáticos para el agro, recientemente hizo una página web que permite ver la superficie de Chacabuco antes y después de cada una de las lluvias que se registraron en los últimos meses. En su caso, se fijó especialmente en lo ocurrido tras una fuerte tormenta que hubo en agosto, que dejó muchos campos anegados e incrementó aún más el caudal del río Salado.
En diálogo con Chacabuco en Red, el licenciado oriundo de nuestra ciudad también se refirió a otros temas de su especialidad, como el cambio climático.
Santora, que tiene 27 años, finalizó en 2016 sus estudios secundarios en el Instituto de Educación Católica y en 2017 se instaló en Buenos Aires para estudiar la Licenciatura en Ciencias Ambientales en la Facultad de Agronomía de la UBA. La cursada la finalizó en 2023 y en 2024 se dedicó a realizar la tesis, lo que le permitió graduarse a finales de ese año.
Según cuenta, se trata de una carrera “muy amplia”, pues abarca muchos temas incluidos en la ciencia ambiental, como ecología, sociología ambiental, ecología acuática, química, bioquímica y sistemas de información geográfica.
“Mi orientación es más hacia la rama ecológica y, más específicamente, al uso de sistemas de información geográfica para generar herramientas que puedan solucionar algún problema”, dice. Acerca de eso, explica que estos sistemas de información son “herramientas relacionadas con mapas que se utilizan para abordar alguna problemática”. Un ejemplo conocido es la aplicación Google Maps.
En el año 2021, mucho antes de recibirse, Bautista comenzó a trabajar en una empresa llamada AgroApp que está destinada a productores agropecuarios, a quienes se les brinda información climática y ambiental en general que los ayuda a tomar decisiones. La empresa tiene usuarios en todo el país, especialmente en Santiago del Estero, Chaco y norte de Santa Fe.
“En esa zona hicimos una fuerte campaña de instalación de estaciones meteorológicas. Igualmente, también tenemos estaciones instaladas en otros lugares del país, desde el sur al norte. Son más de 150 estaciones”, cuenta.
“Se pueden poner las fechas que uno elija”
En forma paralela a eso, y por interés en el tema, Santora comenzó a investigar en los últimos meses lo relacionado con los excesos hídricos que se registran en Chacabuco. A raíz de esto, hizo una web -a la que se puede acceder a través de sus redes sociales- en la que se puede ver el impacto que tuvieron a nivel hídrico las fuertes tormentas que hubo en el año. En su caso, se enfocó principalmente en un evento de lluvias que hubo en agosto pasado.
“Ahí se puede ver, por ejemplo, cómo a raíz de las lluvias creció el río Salado, cómo se inundaron los campos más bajos y cómo fue cambiando eso tomando como referencia dos fechas. Puntualmente, yo me enfoqué en el pre y el post de esas tormentas de agosto, pero las fechas se pueden modificar y poner las que uno elija”, dice.
En referencia a esas lluvias, señala que viendo las imágenes del antes y el después “es tremendo cómo comenzó a haber agua en superficie en muchísimos puntos que antes no estaban inundados, los cuales supongo que son campos más bajos, y también es tremendo cómo se amplía muchísimo el cauce del Salado”.
-¿Qué explicación tiene desde la ciencia lo que ha sucedido este año en materia climática, en el que ha habido muchísima lluvia en toda la región después de varios años de sequía?
-No soy especialista en meteorología, aunque por mi experiencia laboral puedo decir, primero, que no todo evento extremo es cambio climático, porque la primera respuesta es esa. Lo que sí estamos viendo es que por motivo del cambio climático estos eventos extremos muchas veces están siendo cada vez más frecuentes. Entonces podemos tener períodos de sequía más prolongados que antes o eventos extremos, como estas tormentas, en forma más frecuente. La principal causa de las inundaciones, obviamente, son estas lluvias, las primeras de las cuales fueron en mayo. Eso provocó que el perfil de suelo estuviera cargado de agua, porque el agua escurre en superficie o hacia abajo, pero si las reservas del suelo ya están llenas, digamos, el agua no puede escurrir hacia otro lado que no sea un punto más bajo del terreno. Así que no podría indicar una causa, sí que estos eventos extremos son cada vez más frecuentes.
-¿Y cómo habría que prepararse ante eso?
-La realidad es que hay muchos temas de manejo que se pueden hacer con herramientas que son gratuitas y están al alcance de la mano, las cuales pueden ser medio desconocidas, pero existen. Es una cuestión compleja, porque se relacionan temas de ordenamiento territorial, sociales y económicos, pero a nivel nacional y provincial se están desarrollando planes de manejo y de mitigación frente a estos eventos. A veces, lamentablemente, se trabaja después de que sucedieron, pero lo importante es que se trabaje y que se generen soluciones para que el próximo evento de esta magnitud no tenga las consecuencias que tuvieron los anteriores. Todo indica que todo va a ser más impredecible y más extremo en el futuro. No hay que volverse locos, pero sí estudiar los fenómenos y actuar en consecuencia.
“Negar el cambio climático es como negar la eficiencia de las vacunas”
-¿Qué opinión tenés en este debate que hay sobre el cambio climático, al cual hay quienes lo niegan?
-Negar el cambio climático es como negar la eficiencia de las vacunas. Mi opinión es que discutir con quien niega rotundamente el cambio climático es un poco en vano, aunque sí es cierto que hay muchas mentiras alrededor del tema. Me gustaría decir que hay un consenso muy grande en toda la comunidad científica acerca de que el cambio climático existe, es real y que actualmente el mayor acelerador del cambio climático son las actividades humanas. Hay forzantes naturales, pero no explican los cambios que se están viendo, por ejemplo, en el nivel del dióxido de carbono en la atmósfera. Eso se sabe que en gran medida se debe a cambios en las actividades humanas, principalmente pos Revolución Industrial. Entonces, vuelvo al principio: hay un gran consenso en que el cambio climático existe y tiene consecuencias y también hay una gran nube de cosas que se dice alrededor de este tema que en muchos casos no son ciertas, o que son medio engañosas, por lo que hay que tener cuidado con lo que se lee. Igualmente, el cambio es cierto y estamos viendo algunas de sus consecuencias y se está empezando a actuar ante eso.
-¿En materia ambiental general esto es lo que más te preocupa?
-Quizás esta cuestión sea la más importante, porque es algo que va a afectar a escala planetaria. Por ejemplo, las acciones del gobierno chino a futuro van a impactar en China y en Argentina. Otro ejemplo, en África se hace un uso de los recursos muy escaso y prácticamente no tienen huella ambiental en comparación con países desarrollados. Pero, bueno, el día de mañana, cuando los fenómenos climáticos empiecen a impactar, van a ser en todo el mundo y no en los territorios en los que se emitió más dióxido de carbono y se generó un aumento de la temperatura global. Estoy hablando de cosas a futuro y que no podría asegurar al cien por ciento, pero diría que el cambio climático me preocupa a futuro justamente por esa escala planetaria que toma y que no distingue entre inocentes y culpables, por ponerlo en esos términos.
-Finalmente, ¿la Licenciatura en Ciencias Ambientales es una carrera para recomendar?
-Sí, yo la recomiendo mucho. Cuando empecé a cursarla y me decidí era algo nuevo para mí, porque prácticamente no conocía a nadie que la hubiera cursado, y me encantó. Es una carrera muy amplia que a quien la estudie le permite orientarla o darle el camino que desee, porque son muchas ramas. Además, los docentes que están en la Facultad son de primer nivel nacional, e inclusive mundial en algunos casos, y el nivel académico es excelente, tanto de Agronomía como de la UBA en general.