Todo comenzó con la huelga iniciada en los últimos días de 1918 en los talleres metalúrgicos Vasena, una empresa de capitales ingleses y argentinos con 2.500 empleados, caracterizada como toda gran empresa capitalista por la explotación y no ceder ante las justas demandas obreras.
Los trabajadores reclamaban la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas, la vigencia del descanso dominical, mayor salubridad y aumento de los sueldos. En la tarde del 7 de enero, un grupo de trabajadores se enfrentó a los obreros contratados por la patronal para romper las medidas de fuerza, son los llamados rompehuelga o carneros. Entonces llegó la policía con orden de reprimir. El saldo fue de 4 obreros muertos y más de 30 heridos, de los cuales 3 murieron al día siguiente.
A partir de ese momento se declaró una huelga general que paralizó a Buenos Aires. Los restos de los obreros muertos fueron acompañados por 300.000 personas por la calle Corrientes. Al llegar al cementerio de la Chacarita, la policía disparó contra multitud y mató a 12 personas. Al conocerse la noticia, hubo enfrentamiento cerca de los talleres Vasena.
El presidente Hipólito Yrigoyen ordenó la intervención del ejército y la ciudad se convirtió en un campo de batalla. Al mismo tiempo, bandas armadas de derecha, la llamada Liga Patriótica, atacaron los barrios habitados por judíos y obreros destruyendo sedes sindicales, los periódicos y bibliotecas populares.
La huelga terminó el 14 de enero de 1919 con la aceptación de las demandas de los obreros, pero el precio fue muy alto, de 700 trabajadores muertos y más de 3.000 heridos. Y también cabe mencionar aquí los 1.500 obreros asesinados en la Patagonia Trágica de 1921.
Historiadores señalan estos nefastos hechos como antecedentes del terrorismo de Estado y crímenes de lesa humanidad que vendrán posteriormente en nuestra patria.
Gracias por esta información