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Artista profundamente comprometido con la causa popular y fue quien inmortalizó la marcha peronista. Fue locutor, actor, director de cine y por sobre todas las cosas cantor de tango.
Nació en una familia de inmigrantes el 30 de noviembre de 1912 y lo bautizaron como Piero Bruno Hugo Fontana. Era el cuarto hijo, sus padres se separaron tempranamente y él se crió con sus padrinos franceses por lo que lo trasladaron a Francia, regresando a Buenos Aires a los 16 años.
También vivió en México. Eran los tiempos en que Roque Sáenz Peña pulseaba contra el régimen para otorgar al país la ley del voto secreto y obligatorio que en 1916 daría el triunfo a Hipólito Yrigoyen como cabeza del primer movimiento de liberación nacional. A los 17 años de edad se inició como locutor radial e incursionó como estribilista hasta que Héctor Quesada lo llevó como solista a la radio La Nación. De allí lo sacó el director de cine Manuel Romero para incluirlo en el elenco de Los Muchachos de Antes No Usaban Gomina, donde cantó Tiempos Viejos, pero fue suficiente para que le ofrecieran un papel en La Vuelta de Rocha 1937 junto a Mercedes Simone.
Luego vendrían Tres Anclados en París 1938 y Madre Selva en 1938, La Vida de Carlos Gardel y Gente Bien. En 1945 también actuó con Libertad Lamarque en la cabalgata del circo donde también actuó Eva Perón, futura esposa del presidente Perón.
Por una carta que el presidente mexicano envió por su intermedio conoció a Juan Perón, con quien trabó una amistad y por quien demostró una lealtad política muy poco común.
Interpretó la marcha peronista que grabó por convicción y porque se lo pidió expresamente el general Perón, decía. Le valió luego de la caída del presidente persecución política, cárcel, fue detenido en el 55, torturado nuevamente en el 56 y olvido artístico además porque nunca declinó en su pensamiento nacional y popular cuya columna vertebral es el movimiento peronista.
En esa época realizó lo más prolífico de su carrera de la que se destacan filmes como La Cumparsita, Pobre mi madre querida, con la actriz italiana Emma Grammatica entre otras películas y en 1949 comenzó su actividad como productor y director con Historia del 900.
Su consagración como realizador cinematográfico le llegó en 1952 con Las aguas bajan turbias, incluida por la crítica entre las 10 mejores películas argentinas. Napoleón Cabrera un crítico muy exigente lo definió con precisión, llevaba en sí el rasgo del canto porteño quizá porque pensaba, hablaba y gesticulaba como un hombre de Buenos Aires.
Se fue silenciosamente un 13 de agosto de 1989.
