Este martes se cumplieron 6 años del fallecimiento del recordado padre Eduardo Ceres, que en los últimos años de su vida estuvo al frente de la parroquia San Isidro Labrador.
El sacerdote, que había nacido el 17 de agosto de 1951, ingresó al seminario cuando ya tenía más de 30 años, y una vez ordenado, lo cual ocurrió en abril de 1993, desempeñó sus tareas pastorales en las iglesias San Ignacio de Loyola de Junín y Cristo Obrero de Chivilcoy. También estuvo en San Andrés de Giles y fue capellán de la cárcel de Mercedes.
Finalmente, se produjo su regreso a Chacabuco, donde compartió sus primeros años en la iglesia San Isidro Labrador con el padre Carlos Blas Picco, a quien luego reemplazó como cura párroco. Esas tareas las cumplió hasta comienzos de marzo de 2019, cuando por disposición del arzobispo Agustín Radrizzani fue designado sacerdote emérito y dejó la parroquia en manos del padre Lucas Jerez. Pocos días después, en la noche del 8 de abril, cuando tenía 67 años, murió en el Hospital de Chacabuco, al que había ingresado por una insuficiencia cardiorrespiratoria. Su fallecimiento causó en la comunidad un dolor que trascendió a la feligresía católica.
Hoy, ante el aniversario, un grupo de amigos de Ceres iban a compartir un café en su memoria en la confitería Bonafide, de la que el padre era asiduo concurrente, y una misa en la parroquia de los Santos Arcángeles.
En la imagen, el padre Eduardo, al centro, junto a los sacerdotes Raúl Moretto y Jerez.