22 de octubre del año 2000, una fecha que quisiéramos que nunca hubiera existido y sin embargo la recordamos a cada momento porque nos encontramos con personas o con lugares que nos hacen pensar en ese fatídico día que, como decimos al principio, no debió haber existido.
Ese domingo que se anticipaba alegre y divertido se transformó bruscamente en una tragedia tremenda que se cernió sobre once personas, cuatro de ellas niños, cuando un desastre en ese festival aéreo transformó la risa en desesperación y el no entender lo que estaba pasando.
Fue tan tremendo el impacto emocional que causó el choque de dos aviones en pleno vuelo que en los primeros momentos solo reinó estupor y las lágrimas. Se juntaron con la rabia de no entender lo sucedido, porque la muerte otra vez había elegido a víctimas inocentes, algunas de ella sin haber comenzado a vivir.
De nada sirvieron y sirven las palabras de consuelo y la remanida frase Dios sabe lo que hace. Lo cierto es que sucedió lo irreparable y que aún esas familias que perdieron a sus seres queridos no pueden olvidar el 22 de octubre del año 2000.
Dice un refrán, el tiempo borra las heridas, pero el tiempo del que habla el refrán no se especifica y todavía a años de esa fecha las heridas siguen lastimando y le decimos presente porque nunca la olvidaremos.
Video realizado por Chacabuco en Red que recuerda esa tragedia:
Realmente un domingo de disfrute se convirtió en un domingo negro. Corridas..señas…bocinas…todos preguntábamos y nadie contestaba. Hasta que llegaron las primeras noticias. El resto…ya lo sabemos