En el Concejo Deliberante estudian distintas alternativas para reglamentar el funcionamiento de las pequeñas parrillas que se encuentran instaladas en la vía pública y comercializan choripanes y distintos tipos de sándwiches de carne asada. Con este fin, los miembros de la comisión de Obras Públicas del cuerpo mantuvieron este lunes a la mañana una reunión con el subsecretario de Bromatología y Zoonosis, Esteban De Virgiliis, y trabajadores de esa área.
En su mayoría, estas cocciones de carnes se realizan en tambores abiertos a la mitad, conocidos como chulengos, y se calcula que hay más de una decena funcionando en la ciudad.
“Estamos viendo que en varios puntos de Chacabuco aparecieron los famosos chulengos o parrillas, que funcionan en espacios públicos. El Concejo tomó nota de la situación y la idea es regularizarla, porque entendemos que cuando se habla de cuestiones alimenticias debe haber inspecciones bromatológicas y otros controles que entendemos que hoy no se están haciendo”, expresó el concejal Agustín Zarkovich, del PRO Chacabuco, que preside la comisión.
En el Concejo se han recibido en los últimos tiempos varios pedidos de autorización para la instalación de chulengos y parrillas en la vía pública. Este tipo de emprendimientos no están regulados por ninguna ordenanza, como sí ocurre, por ejemplo, con los carros de comidas rápidas, más conocidos como food truck, que se encuentran en la plaza 5 de Agosto.
“Nos alarma esa cuestión y nos reunimos con Bromatología porque la idea es armar una ordenanza que regule esta actividad”, afirmó Zarkovich, y dijo que el propósito es que la norma que se elabore surja en forma rápida.
Las parrillas portátiles hechas con tambores habrían recibido el nombre de chulengos cuando comenzaron a ser usadas en la Patagonia, ya que se les vio cierto parecido con las crías de los guanacos.