Juan Rabuffi nació el 15 de julio de 1888 en la localidad bonaerense de Suipacha, aunque pasó toda su infancia y adolescencia en Castilla, Partido de Chacabuco. A los 20 años, como tantos jóvenes de su tiempo, cumplía con el servicio militar obligatorio en el Regimiento 1º de Línea Granaderos a Caballo, unidad que años más tarde, por decreto del 31 de octubre de 1911, pasaría a denominarse “Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín”.
En 1909, su vida tomaría un rumbo inesperado. Ese año, fue seleccionado entre 120 granaderos para integrar la delegación argentina que viajaría a Francia con motivo de la inauguración del monumento al General José de San Martín en Boulogne-sur-Mer. Los elegidos fueron cuidadosamente escogidos por sus antecedentes y conducta ejemplar.
El viaje se realizó a bordo del buque Pampa, que transportó también a 120 caballos y todo lo necesario para la larga travesía marítima de un mes. El acto central tuvo lugar el 24 de octubre de 1909, ante más de diez mil personas, entre ellas muchos compatriotas residentes en Francia.
Sin embargo, la misión patriótica de Rabuffi terminó en tragedia. Poco después de la ceremonia, comenzó a sufrir una grave afección pulmonar. Fue internado en el hospital “Pierre Bertrand” de Boulogne, donde se le diagnosticó neumonía, y más tarde bronconeumonía, enfermedad prácticamente mortal en una época sin antibióticos. El joven granadero falleció el 9 de noviembre de 1909, a los 21 años, en brazos de un soldado francés, Pollet, quien lo cuidó con afecto fraternal hasta el último momento.
La noticia de su muerte llegó al escuadrón argentino cuando el buque emprendía el regreso desde el puerto inglés de Southampton. Los restos de Rabuffi fueron inhumados en el Cementerio del Este, en Boulogne-sur-Mer, en una tumba ofrecida por la comuna local. La ceremonia fue multitudinaria y profundamente emotiva: la población francesa despidió al joven soldado argentino con honores.
Pasarían 59 años antes de que su sueño de volver a la patria se hiciera realidad. En 1968, gracias a las gestiones de sus antiguos camaradas —ya octogenarios—, los restos de Juan Rabuffi fueron repatriados a bordo de la fragata Libertad. El 31 de enero de ese año, a las 9 de la mañana, la urna con sus restos arribó al Puerto Nuevo de Buenos Aires. Tras las honras correspondientes, fue trasladada a Castilla, el pueblo que adoptó como propio.

Hoy, la figura del granadero Juan Rabuffi sigue siendo símbolo de lealtad, sacrificio y amor a la patria. Un joven que, con apenas 21 años, llevó el uniforme sanmartiniano hasta tierras lejanas y quedó para siempre en la memoria de quienes reconocen en su historia el valor del servicio y el honor.
*Con información de Regimiento de Granaderos a Caballo