El aislamiento obligatorio en todo el país por la pandemia del coronavirus suspendió en mayor medida los vínculos entre familias y amigos: las cárceles no están exentas de esto. Los presos decidieron suspender las visitas de sus seres queridos para no ponerlos ni ponerse en riesgo en la propagación del virus. Pero para no romper ese vínculo, la Justicia comenzó a autorizar a que los internos usen celulares, algo que está prohibido históricamente en prisión.
Según el relevamiento que hizo el medio Infobae en los fallos judiciales a los que accedió hasta ahora se permitió el uso de celulares en 69 cárceles. Son todas las de la provincia de Buenos Aires, Mendoza y Chubut. El Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) es el que tiene la mayor cantidad de presos en cárceles, con 45 mil internos. Allí el SPB habilitó el uso de videoconferencias en 15 unidades entre detenidos y familiares que por la distancia o problemas de salud hace mucho tiempo que no tienen contacto.
Las cárceles en las que se permitió el uso de teléfono son las 57 de la provincia de Buenos Aires, las 11 de Mendonza y la única que hay en Chubut, donde la medida se extendió a las dos alcaldías que tiene.
Las decisiones fueron tomadas por jueces de esas provincias. En Buenos Aires, varios magistrados lo habían permitido en cárceles de sus jurisdicciones pero esta tarde la Cámara de Casación Penal bonaerense lo extendió a todas las cárceles de la provincia.
“A efectos de evitar someter a las personas privadas de la libertad en la provincia de Buenos Aires a una situación de ostracismo que en el marco de la actual pandemia importa un sufrimiento incompatible con el trato humanitario reclamado por la normativa constitucional, es mi opinión que resulta prudente autorizar el uso de telefonía celular a los fines del mantenimiento de los vínculos familiares de los internos”, sostuvo en su resolución el juez de Casación Víctor Violini.
¿Por qué usar celulares y no los teléfonos públicos de los pabellones? La pregunta la respondió la Justicia de Mendoza en su resolución: “Los teléfonos públicos o semipúblicos están situados generalmente en lugares comunes o de paso de personas detenidas, o sin funcionamiento operativo. Es así, que el propio Servicio Penitenciario en su informe, no aclaró cuantos se encontraban en funcionamiento, en cada uno de los centros de detención,sumado al hecho concreto, que para el mejor de los casos, en un pabellón donde conviven 150 personas, solo existe un teléfono, y sin la posibilidad de comprar tarjetas para su utilización”, escribieron en un reciente fallo.
Las decisiones judiciales contaron con el aval de las autoridades penitenciarias de cada penal. Incluso algunos de ellos señalaron que si bien el uso de celulares no está permitido en las cárceles desde la declaración de la emergencia sanitaria esos controles se relajaron y el resultado fue que bajaron los conflictos. El inspector mayor Carlos Suárez, a cargo del complejo penitenciario de San Martín, sostuvo que en la actualidad la medida “contribuiría a bajar la ansiedad de parte de la población y que sientan así la proximidad de sus familiares” y dijo que se está ante una situación “límite”.
La emergencia sanitaria generó en las cárceles muchos reclamos, con motines en penales santafesinos como Coronda y Las Flores que terminaron con cinco muertos y varios heridos. Los presos piden mejores condiciones sanitarias y libertades y prisiones domiciliarias porque sostiene que la sobrepoblacion y el déficit en la atención médica los ponen en riesgo frente a un posible contagio. Sostienen que si un interno contrae el virus la propagación será inmediata por el hacinamiento. Hasta el momento no se reportaron casos de coronavirus en las cárceles a nivel nacional.
Más allá de que están prohibidos, los celulares se usan mucho en las cárceles y cuando los pabellones son revisados se encuentran varios de ellos. Inclusive, desde esos teléfonos se hacen posteos o se suben videos a páginas de Internet o redes sociales. Todo muchas veces con la complicidad de las autoridades penitenciarias.
VISITAS VIRTUALES
El SPB informó a través de un comunicado que hicieron uso del sistema un preso de la cárcel de Junín que tiene dos hijos en Italia -uno de los países más afectados del mundo por el virus- y otro de la unidad de Barker que pudo hablar con su mamá que tiene coronavirus y se encuentra en su casa.
Para el jefe del SPB, Xavier Areses, es una medida “histórica e inédita”. El sistema funciona desde una sala y los familiares deben bajar una aplicación a sus celulares. Cada videoconferencia dura 20 minutos y estará disponible mientras dure la emergencia sanitaria.
“El programa fue impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y sirve de apoyo al Protocolo de Contención Psicológica, donde los especialistas indicaron que algunas de las respuestas esperables ante la crisis sanitaria pueden ser miedo intenso, ansiedad, angustia, pánico, temor al contagio, indefensión, incertidumbre, irritabilidad y enojo, así como también recuerdos de vivencias traumáticas anteriores, falta de concentración y dificultades para conciliar el sueño, por lo que el mantenimiento del vínculo con sus familiares contrarresta las disfunciones mencionadas”, describió el SPB.
FUENTE: INFOBAE