El inmueble se encuentra en calle Italia entre Rivadavia y Belgrano, y desde hace meses viene sufriendo hechos de este tipo.
El presidente del Concejo Deliberante, Jorge Muela, se expresó a través de su cuenta de Facebook y aventuró que “Siguen… posiblemente reciben órdenes de aquellos que se llenan la boca hablando de democracia, respeto y pluralidad de opiniones. Con esto no ganan votos, ganan el repudio de la sociedad“.
En principio, suena un tanto arriesgado que uno de los referentes del Pro en Chacabuco sostenga fehacientemente que este repudiable acto fue obra de algún opositor y que quien lo ejecutó “recibe órdenes” de algún dirigente.
Vayamos por parte, es sumamente repudiable que un local partidario reciba este tipo de agresiones. Si tiene que ver con lo político, éste no es el camino que queremos para dirimir cuestiones ideológicas. Sobre todo en un partido que ha recibido el apoyo de más de la mitad de los chacabuquenses en la última elección.
Pero también es repudiable que se acuse siempre a la oposición de ser autores materiales e intelectuales de hechos como estos. Hay muchos hombres y mujeres que militan desde hace años y que lo hacen con las mejores armas. No es justo que se coloque a todos en la misma bolsa. En tal caso debería ser más clara la dirigencia del PRO de Chacabuco en decir quién rompió su vidriera y quién lo mando a hacerlo.
Tan malo para la democracia es destruir un local partidario, como responsabilizar a miles de militantes de haberlo hecho.