Lucía tiene 16 años y es parte del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional de Chacabuco. Es sobrina de Liliana Ross, desaparecida en diciembre de 1976 y asesinada en febrero de 1977. Sus restos fueron identificados en 2009. Había sido inhumada como NN el 2 de febrero de 1977 en el cementerio de San Martín.
En abril de 2011, los restos de Liliana fueron traídos a Chacabuco y descansan en el Cementerio Municipal.
Esta mañana, Chacabuco en Red habló con Lucía, que , entre otras cosas dijo:
Este interés por saber de mi tía, no es algo que nació, yo creo que es algo que viene conmigo y que es parte de conocer la historia de mi familia que por culpa de esta dictadura militar yo nunca tuve completa.
Yo nací sin saber dónde estaba, qué le había pasado, cómo le había pasado. Si bien los restos están en Chacabuco y yo le puedo llevar flores, hay un montón de cosas que mi historia en sí queda incompleta y va a quedar incompleta para mí, si tengo hijos, si tengo nietos, va a quedar incompleta para siempre porque nos la arrebataron.
Yo nací con una tía desaparecida y es parte de mi historia, no me da vergüenza ni nada, es mi heroína
Liliana tenía un hacer solidario impresionante. Ella, cuando desapareció forzadamente tenía 21 años, pero lo que hizo en esos 21 años se diría que es indescriptible. Era una chica recontra solidaria, que si faltaba algo hacían colectas, que se ponía a cantar, que animaba, que tocaba el piano, la guitarra, que bailaba, que tenía un instinto solidario tremendo y cuando se fue a La Plata es justamente lo que siguió haciendo.
Negacionismo
Todas esas posturas negacionistas, yo las empiezo a identificar recién ahora. Yo cuando era chica nunca escuchaba algo negacionista, era como algo que estaba fuera de mi eje, y para mí el que lo decía era un loco. Y ahora hay una fuerte marea negacionista, y que me choca un poco. Mi tía, si sabía que alguien necesitaba un colchón, iba y se lo conseguía. No era una terrorista, era una chica que de verdad tenía ganas de ayudar.
Yo ayer lo hablaba con mis compañeros, le decía, ella iba a un comedor, ayudaba, se recolectaba lo que necesitaba, y nosotros en el Centro de Estudiantes no hacemos nada muy distinto.
Cuando iba a la primaria, me acuerdo que cuando llegaba el 24 y las maestras preguntaban, yo estaba feliz de levantar la mano. Para mí es un orgullo mi tía, me encantaría que no haya pasado y tenerla acá y poder compartir cenas con ella, pero ella para mí es heroína, ella murió defendiendo sus ideales que eran ayudar al otro sobre todas las cosas.
Reivindicación de la dictadura
Inevitablemente las personas que piensan eso, poco a poco me voy alejando, porque la verdad que va en contra de mí como persona, me choca. En mi grupo de amigos hay posiciones políticas recontra variadas, y la verdad que a mí me encanta debatir de eso, y lo hago recontra feliz, pero bueno, la verdad es que eso pro dictadura no me copa para nada.
Mi tía no era una chica terrorista, era una chica que tenía ganas de ayudar, y la desaparecieron, no la metieron presa. Un preso tiene una cama, sabés dónde está lo podés ir a visitar. Ella no tuvo nada de eso, estaba desaparecida, no tenía ni identidad, era torturada. La verdad que no puedo hablar que en mi grupo de amigos haya alguien que avale eso.
Hay una ola negacionista, hay muchos chicos que antes capaz ni le interesaba el tema, hoy de un día para el otro son pro Videla. Creo que el contexto que trajo la oleada negacionista, creo que es más una falta de desinformación que otra cosa.
Entrevista completa: