Este lunes 22 de septiembre fue publicado en el Boletín Oficial el decreto 682/2025, a través del cual el gobierno nacional redujo a 0% la alícuota del Derecho de Exportación para distintos productos, principalmente granos de Maíz y Soja y sus subproductos comercializados en mayor volumen (harina y aceite).
El decreto estableció que la medida tendría vigencia hasta el 31 de octubre inclusive o hasta alcanzar la cantidad de DJVE (Declaración Jurada de Venta al Exterior) correspondientes a un total de u$s 7.000 Millones. Lo que ocurra primero. Esto generó inmediatamente un aluvión de felicitaciones al propio gobierno por parte de distintos actores del sector agropecuario que se dedican a la producción y comercialización de commodities. Podían leerse muchos comentarios en redes sociales de productores que respaldaban la medida y expresaban su aprobación efusivamente.
Lo cierto es que la alegría duró poco, ya que tan sólo 72hs después, los productores se desayunaron que el cupo de u$s 7.000 millones había sido alcanzado y la alícuota del Derecho de Exportación había sido restituída a su valor anterior. ¿Por qué duró tan poco la medida? O, mejor dicho ¿cómo fue que se alcanzó tan rápidamente el cupo de Declaraciones Juradas? Bueno, la respuesta a esta pregunta es muy sencilla. La medida fue aprovechada directamente por las principales empresas operadoras del mercado internacional de commodities agropecuarias, entre las cuales se encuentran Bunge, LDC, COFCO INTL, Cargill, Viterra y otras, para quienes fue directamente pensado y armado este decreto.
Es inédito el negocio que desarrollaron con el dinero de los productores, quienes pagaron a las exportadoras la diferencia del Derecho de Exportación y estas se lo ahorraron con la medida. Es decir, no solamente utilizaron la totalidad del cupo de Declaraciones Juradas quitándole la posibilidad a los productores de ahorrarse mediante esta medida algo de la pérdida que el gobierno les generó con el desastre cambiario y la destrucción del mercado interno, sino que además se quedaron con la alícuota del productor como si hubieran pagado Derechos de Exportación, cuando no lo pagaron.
Lo peor de esta situación es que las cerealeras liquidaron todo después de que el propio secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, emitiera un comunicado en el que reveló que se estaba trabajando con el gobierno argentino para poner fin a las exenciones fiscales para los productores de materias primas que conviertan divisas.
Este comunicado se dio apenas dos días después de haber reducido a 0% la alícuota del Derecho de Exportación, debido a la presión que los productores agropecuarios estadounidenses ejercieron por el vuelco del mercado internacional hacia la producción argentina, debido a la disminución de precios, y en el marco del nuevo préstamo directo con el Tesoro de Estados Unidos por u$s 20.000 millones que Milei le pidió directamente y en persona a Donald Trump.
Es decir, primero el Ministro de Economía tomó una medida a beneficio de un ínfimo grupo de empresas exportadoras dejando afuera a los productores nacionales. Tan sólo dos días después los productores estadounidenses presionaron al gobierno de Trump para que la medida sea revocada. Al día siguiente, no solamente la medida perdió efecto, sino que los únicos beneficiarios fueron un grupo de 10 empresas que controlan la totalidad del comercio exterior de commodities agropecuarias en la República Argentina, dejando de lado a los productores que son los que generan, con su trabajo, dichos productos.
Todo esto con el único objetivo de conseguir algo de divisas que evitasen que se dispare el tipo de cambio, para llegar a las elecciones de octubre con un nuevo préstamo de u$s 20.000 millones, esta vez en forma directa con el Tesoro de Estados Unidos, país cuyo gobierno evidentemente tiene más injerencia en la economía argentina que el propio Ministro de Economía argentino. ¿No es momento de reconsiderar que un gobierno no puede ser una sumatoria inconexa de decisiones que responden más a un capricho timbero de un grupo de amigos que a un plan económico?
En suma, el gobierno nacional no tiene plan económico y la única meta clara es llegar a octubre con una imagen lo menos desgastada posible y lograr obtener un resultado que le permita continuar con este plan de desintegración nacional que está llevando adelante. ¿De qué manera? Muy sencillo, entregar nuestros recursos naturales y toda esperanza de desarrollo soberano de nuestra industria, ciencia y tecnología a los Estados Unidos a modo de garantía de un préstamo inédito, directo con el Tesoro, que es cuatro veces la sumatoria de todos los préstamos que la Argentina recibió del Tesoro Estadounidense en toda su historia.
En este contexto el escenario es más que claro. Acompañar al Gobierno Nacional en octubre es firmar la sentencia de entrega total y absoluta de nuestra soberanía y el desmantelamiento definitivo de nuestra Patria.