El titular de la cartera nacional, Nicolás Trotta, expondrá tres “condiciones” que permitirán, tras más de medio año con presencialidad alternada, que los estudiantes vuelvan a concurrir todos los días a la escuela. Los diferentes escenarios son:
Condición óptima: las escuelas que puedan asegurar la presencialidad completa manteniendo un distanciamiento físico de 1,5 metros entre estudiantes deberán seguir haciéndolo. “Para mantener esta distancia es necesario aprovechar al máximo el mobiliario escolar en toda su extensión”, advierten.
Condición admisible: en caso de que no sea posible asegurar la presencialidad plena, se tomará una distancia física de 90 centímetros entre estudiantes en las aulas, sin dejar de sostener la exigencia de 2 metros en los espacios comunes y con los docentes. “En este caso, aumenta el requisito de ventilación, no solamente manteniendo abiertas ventanas y puertas sino incrementando el tiempo de ventilación entre clases”, recomiendan.
Excepciones: cuando no alcance esa reducción de la distancia, se abre una excepción. En contextos de bajo riesgo epidemiológico y vacunación avanzada se permitirá acortar aún más la distancia para que todos los chicos estén en el aula.
Hasta hoy, todo el país trabaja con modalidad alternada. Solo la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza avanzaron en forma gradual hacia la presencialidad plena quitando la exigencia del distanciamiento. En el resto de las provincias persiste el sistema de “burbujas”.
“A partir de lo que ha sido la mejora de los indicadores sanitarios y epidemiológicos en las últimas 13 semanas y el avance del proceso de vacunación, hemos avanzado con aval de las y los especialistas en esta propuesta que nos permitirá continuar intensificando los niveles de presencialidad”, señaló Trotta.
En definitiva mañana a partir de las 15, los ministros de Educación de las 24 jurisdicciones aprobarán la revisión y luego serán los propios gobiernos provinciales quienes aplicarán la medida.