En la batalla contra la adversidad, a veces, la fuerza y la esperanza de una comunidad se convierten en el faro que guía el camino hacia la superación. Este es el caso de Macarena, una vecina de Chacabuco que ha enfrentado la hipoacusia con una valentía que inspira a todos quienes la rodean.
Macarena sufre de esta condición que ha llevado a la pérdida total de la audición en su oído derecho y solo conserva un 25% en el izquierdo. Lo que para muchos es un sentido fundamental para la comunicación y la interacción social, para ella se ha convertido en un desafío diario. Antes, podía llevar una vida más independiente, pero la progresión de su pérdida auditiva la ha limitado significativamente, haciéndola depender cada vez más de la ayuda de otros, especialmente de su madre y su hijo, para realizar las tareas cotidianas más simples.
Su lucha no es solo contra la falta de audición, sino también contra los acúfenos constantes que la acompañan, generando ruidos internos en su cabeza que afectan su capacidad para dormir y realizar actividades cotidianas con normalidad. Una situación que, como ella misma describe, la mantiene en un constante estado de no silencio.
“No estoy en silencio nunca, en este momento tengo una bocina apretada al lado mío, no hay medicación para eso, he probado mucha, actualmente voy a la psiquiatra, a la psicóloga, pero para dormir tengo que tomar medicación, porque no duermo” aseguró durante la primera nota realizada en nuestros estudios.
Originalmente, Macarena confiaba en que su obra social de choferes de camiones (OSCHOCA) cubriría los costos de la operación necesaria para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, al ver que esto no sucedía, se vio obligada a iniciar una campaña para recaudar los fondos necesarios. La operación, valuada en cinco millones de pesos, implica un implante coclear y una rehabilitación de seis meses a un año. Por este motivo junto a su familia y al apoyo de Red Solidaria lanzaron una rifa, cuyos premios incluían desde un lechón, hasta tratamientos de masajes descontracturantes. El costo de cada número fue de 3.000 pesos. Sumado a eso, se difundió un alias para que quien o quisiera pudiera aportar dinero directamente.
Gracias al apoyo incondicional de la comunidad de Chacabuco y de personas solidarias, hoy podemos anunciar con alegría que se ha logrado reunir el dinero necesario para la operación de Macarena. A 10 días de la fecha programada para la intervención, la solidaridad ha triunfado y Macarena podrá iniciar el camino hacia una mejor calidad de vida.
La historia de Macarena es un recordatorio de que la solidaridad y el apoyo mutuo pueden hacer la diferencia en la vida de alguien. Es una prueba palpable de que cuando nos unimos en un objetivo común, podemos lograr grandes cosas.
Carta de Macarena enviada a Chacabuco en Red luego de conseguido el objetivo:
Solo tengo palabras de agradecimiento. Me siento acompañada. Chacabuco se unió para mí, como tantas otras veces lo ha hecho para otros. La verdad que estoy conmovida. Sin ustedes no hubiera podido llegar. El agradecimiento es para toda la comunidad de Chacabuco. Quiero decirles que realmente se siente la empatía, el apoyo, cada granito ha sido un montón para mí. Simplemente feliz porque llegué a mi objetivo… ponerme a pensar que voy a cambiar mi vida, volver a escuchar sonidos que ya no escucho, es realmente muy emocionante. Hoy vivo en blanco y negro, pero pronto voy a estar un poco en su mundo, el mundo de los oyentes. Dios…escuchar la lluvia.
Así que simplemente estoy agradecida. Gracias a Micaela Oliveto (diputada), Micaela Alfonso, Ceci García (mi psiquiatra), Caro Bozzini (mi psicóloga), al intendente Darío Golía, sindicato de UOMA, a José Bega, compañeros de trabajo de mi papá y patrones. Pero como dije recién, mi agradecimiento es para toda la comunidad de Chacabuco. Gracias por no dejarme sola.
Macarena Barrios.
Vecina de Chacabuco