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El lunes por la noche, el cuartel de Bomberos Voluntarios de Chacabuco fue escenario de un hecho que puso a prueba la preparación y el temple de sus integrantes. Una pareja desesperada llegó con su beba de apenas cinco días en brazos, quien se encontraba ahogada. Gracias a la rápida intervención de los bomberos Óscar Tejada y Esteban Cipollone, la pequeña recuperó la respiración y hoy se encuentra fuera de peligro.
“Yo estaba de guardia porque estaba cubriendo a un compañero. Justo terminábamos una reunión y de repente vemos que entra una camioneta en contramano. Un hombre baja con la bebita en brazos y cuando nos damos cuenta de la situación, salimos corriendo”, relató Óscar Tejada. En ese instante, mientras él se ocupaba de contactar al servicio de emergencias, Esteban Cipollone tomó a la pequeña y comenzó a practicarle maniobras de desobstrucción.
“La nena estaba morada, con signos de cianosis, pero no había perdido la conciencia completamente. La coloqué boca abajo y comencé las maniobras. En el segundo intento, gracias a Dios, empezó a llorar y ahí respiramos todos”, contó. Según el testimonio del padre, la bebé se había ahogado con leche, y la rápida acción de los bomberos fue crucial para salvarle la vida.
El operativo también incluyó la contención de la familia, que se encontraba en estado de shock. “El padre estaba desesperado, la mamá recién parida casi no podía caminar. Lo abracé al padre y traté de calmarlo hasta que la ambulancia llegó”, comentó Tejada.
Otro actor clave en este rescate fue el vecino Miguel Otegui, quien al ver la situación no dudó en cargar a la pequeña y trasladarla de inmediato al cuartel de bomberos. “Le agradecemos como comunidad porque fue fundamental para que la bebé llegara rápido a recibir ayuda”, destacaron los bomberos.
La nena fue trasladada al hospital, donde permanece en observación. “El padre me envió fotos y está bien, gracias a Dios”, contó Cipollone.
Este hecho puso de relieve la importancia del conocimiento en maniobras de RCP y desobstrucción de vías aéreas, ya que en situaciones como esta, cada segundo cuenta. Desde el cuartel de Bomberos Voluntarios de Chacabuco recordaron que pronto comenzarán a dictar un curso de Primer Respondiente, abierto a la comunidad.
“Nosotros tenemos 27 y 18 años de servicio respectivamente, y es la primera vez que nos toca hacer RCP en un bebé. La preparación y el entrenamiento son fundamentales”, remarcaron los protagonistas de esta historia con final feliz.
La comunidad de Chacabuco no tardó en demostrar su agradecimiento. “Recibimos muchos mensajes, los chicos de la escuela me felicitaban, la gente nos reconoce en la calle. Es emocionante saber que pudimos salvar una vida”, concluyó Cipollone.
Entrevista completa:
