Esta semana visitó nuevamente Chacabuco un grupo de biólogos que realiza un estudio de la laguna de Rocha. Los especialistas son investigadores del Conicet, residen en Mar del Plata y ya habían estado en octubre pasado, cuando comenzaron con este relevamiento que se realiza en cuatro puntos de la cuenca del río Salado.
El equipo de biólogos está integrado por Juan José Rosso, Juan Pablo Isacch, Nicolás Chiaradía y María de los Ángeles González Sagrario. El primero de ellos está enfocado en el estudio de los peces que tiene la laguna, Isacch y Chiaradía se dedican a las aves y el trabajo de González Sagrario se centra en los invertebrados acuáticos y la calidad del agua.
Rosso, que además de pertenecer al Conicet trabaja en el Instituto de Investigaciones Costeras y Marinas de la Universidad de Mar del Plata, informó que el estudio se realiza en el contexto de las obras del Plan Maestro del Río Salado. Por ello, se eligieron cuatro puntos del curso de agua para investigar los cambios en la calidad ambiental que puede haber a raíz de los trabajos que se realizan en la cuenca. Además de la laguna de Rocha, el estudio se hace en la laguna Alsina, situada en el partido de Guaminí, que forma parte del sistema de las Encadenadas del Oeste. También en un tramo del Salado situado entre Roque Pérez y la Ernestina, donde las obras del Plan Maestro incluyeron mucho dragado. El cuarto ambiente estudiado está en un punto cercano a la ciudad de Castelli, donde el río se encuentra cerca de su desembocadura y, por lo tanto, dijo Rosso, tiene “mucha influencia de la bahía de Samborombón” y del mar, lo que hace que aparezcan especies como corvinas rubias y pescadillas.
“En consenso con la Provincia se eligieron estos puntos, en algunos de los cuales no se contaba con tanta información. La Provincia, como autoridad de aplicación, tenía muestreos hechos en varios lugares, y nosotros fuimos a completar un poco el escenario sobre el cual ellos todavía no tenían datos, y la laguna de Rocha fue uno de los humedales seleccionados por su ubicación en la cuenca y por la magnitud del espejo de agua”, explicó.
Cuando en octubre pasado hicieron la primera visita, se encontraron con una laguna con muy poca agua. “Ahora está mejor ecológicamente porque recibió agua y han entrado peces. De hecho, encontramos varios ejemplares de bagres blancos”, expresó el biólogo, que ya estuvo trabajando en Rocha allá por los años 1999 y 2000.
“En aquella época había pejerreyes, porteñitos, sabalitos e incluso tarariras, que en este momento no están porque la laguna tenía mucha más agua. Pero desde octubre a esta parte, por ejemplo, entró un montón de bagre blanco; también bagre sapo, el lagunero, y por supuesto que también hay carpas. En la mayoría de los casos, son ejemplares de buen porte. También hemos encontrado una de las tres especies de mojarra que suele haber, porque las otras dos son más sensibles y les gusta el agua más diluida. Otras especies que encontramos son las madrecitas de agua, que son los pescaditos que hay en la orilla, y algunas tachuelitas. Así que para la magnitud de agua que hay, que es poca en relación a la que ha tenido la laguna, estamos en casi ocho especies de peces, de las cuales tres tienen muy buena aptitud para la pesca”, indicó.
Algo que llama la atención es que, incluso en el período más extremo de la sequía, la laguna de Rocha nunca se quedó sin agua, como sí ha pasado en otras lagunas de la cuenca del Salado. Este fenómeno, dijo el especialista, aún no tiene una explicación
“No sé a qué se debe. Lo que sí puedo decir es que varias personas del lugar, que es de las que uno también se nutre, porque no puede conocer todos los elementos de un ambiente que está estudiando, nos cuentan que tienen sospechas de que podría existir alguna especie de surgente o manantial en algún lugar. Para decir eso se basan en que hubo épocas en que a la altura del puente de la ruta 7 el río Salado tenía un hilo de agua, mientras que la laguna tenía un buen espejo. Entonces, sería cuestión de consultar en algún momento con un hidrogeólogo o alguien que trabaje en el tema porque es interesante poder tener el dato preciso de si hay un surgente o no y dónde está”, expresó.
Después de esta visita a Chacabuco, los investigadores harán un análisis de los datos recolectados en el contexto de lo que ya saben sobre la laguna de Rocha y el río Salado. Luego se compartirá la información con las autoridades provinciales y municipales. Además, tienen previsto regresar en los próximos meses y también a fines de octubre, para hacer un informe anual.
Antes de emprender el regreso a Mar del Plata, los biólogos fueron recibidos el viernes por el intendente Darío Golía. También participó en la reunión el presidente del Club de Pesca, Ignacio Cieri.