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La expresidenta y actual titular del Partido Justicialista, Cristina Fernández de Kirchner, fue notificada este martes de su detención formal por parte del Tribunal Oral Federal N°2. La medida, que implica el cumplimiento de prisión en modalidad domiciliaria, se ejecuta en su residencia ubicada en la calle San José 1111, en el barrio porteño de Constitución.
El fallo llega en un contexto de creciente movilización popular, a horas de una convocatoria multitudinaria prevista para este miércoles en Comodoro Py, en la que militantes, organizaciones políticas y de derechos humanos expresarán su apoyo a quien consideran víctima de una persecución judicial con motivaciones electorales.
Desde el jueves pasado, miles de personas acampan de forma permanente en las inmediaciones del domicilio de la expresidenta. Entre cantos, banderas y fogones, la consigna que se repite es una sola: “Argebtina con Cristina”.
El fallo judicial ordena la prisión domiciliaria pero bajo condiciones específicas. Uno de los puntos más controversiales del documento es el que le exige a Fernández “abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario y/o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes”.
Sin embargo, la resolución no detalla qué acciones podrían interpretarse como tales, lo que deja una amplia discrecionalidad en manos del tribunal. Para los abogados de la defensa, esto “abre la puerta a nuevas arbitrariedades” y genera un escenario de incertidumbre jurídica.
“¿Está prohibido que salude desde el balcón? ¿Que reciba una ovación? ¿Que haya bombos en la vereda? ¿Quién define qué altera la paz del barrio?”, se preguntan desde su entorno.
Además, el fallo impone restricciones a las visitas que Fernández puede recibir. Sólo se permitirá el ingreso de familiares directos, su equipo legal y un número acotado de personas previamente autorizadas. Las fuerzas de seguridad que custodian el perímetro mantienen un estricto control de identidad y registros en el ingreso.
El domicilio de San José y Humberto 1° ya se convirtió en una suerte de “santuario político” para los militantes kirchneristas. La cuadra ha sido blindada por la Policía Federal, y los accesos están vallados. Aun así, las muestras de apoyo se multiplican: desde murales espontáneos hasta caravanas de bocinazos por la noche.
La convocatoria para este miércoles en Comodoro Py promete ser una de las más grandes de los últimos años. No se descarta que la propia Cristina Kirchner dirija un mensaje desde su domicilio, aunque esto dependerá de la interpretación del tribunal sobre las condiciones de su detención.
