La construcción de ‘Resiliencia’, grandeza y constancia de ánimo en las adversidades

Silvia Bentolila asiste psicológicamente a personas que acaban de vivir catástrofes y nos acerca algunas claves para ayudar emocionalmente a personas en caso de emergencia.

Psiquiatra y sanitarista, experta en emergencias y desastres, dedicada desde hace 40 años a la salud pública. También se desempeña, ya hace más de dos décadas, como consultora y colaboradora de organismos internacionales de ayuda humanitaria. Integra el Equipo Regional de Respuesta en Emergencias Sanitarias de la OPS/OMS. Docente universitaria y co-autora de un reciente libro ‘Cualquiera tiene un Plan hasta que te pegan en la cara- Aprender de las Crisis’, dice: ‘En principio tener la noción del concepto de lazo de Apoyo Psicosocial, NADIE es RESILIENTE SÓLO. No tratemos de bancarnos la situación solos.

Esta pandemia está produciendo mucha frustración y angustia, generando un círculo vicioso que empeora, aún más, nuestro estado emocional. Compartamos nuestros sentires y dejémonos contener por nuestros afectos. Compartir la angustia significa, cuando estoy angustiado la comparto, pero cuando no lo estoy, pensar quien estaría necesitando de mi ayuda’.


Lo que no vemos nos condiciona la vida de una manera notable…

lo que no vemos es también lo que más nos obsesiona.

Alex Piña, La casa de papel


Aquí, va extracto de la charla:

Silvia se recibió de médica muy joven, a los 23 años, después estudió psiquiatría. Algo que nos parece fabuloso innovador del libro, es que lo dan todo junto a Mario Riorda coautor, ambos tienen mucha evidencia científica, y ponen toda la carne en el asador.

Y el primer punto Silvia es esta observación que haces desde tus inicios en campo, salvo excepciones, que ninguna de las personas que llegaban con una crisis psiquiátrica había nacido con una enfermedad sino que habían tenido vidas atravesadas por situaciones extremas (un divorcio, un accidente, una quiebra comercial, la muerte de un ser querido, una pandemia…), nadie está a salvo de las crisis. Y es muy loco sabiendo que no estamos a salvo que a todos nos va a tocar, no trabajemos sobre ese silencio que es el que provoca la implosión en las personas…no se trabaje en la gestión de la crisis.

En principio los seres humanos vivimos como si la muerte fuera algo que siempre le va a pasar a otros. Cualquier persona, no importa su edad está expuesta permanentemente a las situaciones de crisis, por eso hay un capítulo del libro que se titula Nadie está a salvo. Si estamos preparados, y aprendimos a comprender un poquito más qué le sucede a una persona en crisis, podremos gestionar mejor las propias crisis, o acompañar a quien la está sufriendo. Es más que probable cruzarse con quien necesite apoyo emocional. Es común ver a una persona que ha perdido a un familiar, el trabajo o que ha sido víctima de un incidente de tránsito, o atraviesa una enfermedad severa. Por eso es fundamental saber qué hacer. Siempre recordando que las emociones son también expresiones de lo que nos sucede en el cuerpo.

El libro es como un espejote ayuda, me ayuda y nos ayuda a mirarnos para que, si caemos a una situación de intemperie, tengamos herramientas para poder actuar mejor. En este amasado interdisciplinario que hacernos con Mario en donde incluimos más de quinientas citas bibliográficas plasmamos un mensaje esperanzador y positivo real, una mirada esperanzadora no ingenua, esa posibilidad de que el ser humano puede ser resiliente.



El libro en 3 palabras: riesgo, resiliencia y aprendizaje de las crisis.

Es importante entender las crisis, porque hay una visión muy irresponsable, una necesidad de aprendizaje que hay que inducir y encauzar. Hay una palabra que siempre reflota y es desde mi punto de vista la resiliencia – del último capítulo – las huellas que deja la bestia. Y entiendo por lo que exponen que el  ‘el aprendizaje requiere condiciones, y por lo tanto hay que evitar la banalización del aprendizaje’. Danos algunos tips Silvia  para no caer en esa banalización y entrar en una resiliencia saludable, una construcción real desde lo personal en este momento clave de nuestro país y sabiendo que es imposible la resiliencia solitaria.

Es necesario incluir la protección de la salud mental y el desarrollo del apoyo psicosocial para el desarrollo de la resiliencia en las personas y comunidades. Por ‘resiliencia’ se entiende la ‘capacidad de un sistema, comunidad o sociedad potencialmente expuesto a amenazas para adaptarse, resistiendo o cambiando, con el fin de alcanzar o mantener un nivel aceptable en su funcionamiento y estructura’, y más aún si viene ‘determinada por el grado en que el sistema social es capaz de organizarse para incrementar su capacidad de aprender de desastres pasados a fin de protegerse mejor en el futuro y mejorar las medidas de reducción de los riesgos’.


Quien esté libre de crisis, que tire la primera piedra…


Tips para construir resiliencia a partir de situaciones adversas:

  •  Tener la noción del concepto de lazo, de Apoyo Psicosocial. Nadie es Resiliente sólo. No tratemos de bancarnos la situación solos.
  •   Desarrollar vínculos afectivos positivos con los demás y compartir con ellos nuestras preocupaciones.
  •   Reconocer nuestra fuerza interior.
  •   Buscar un sentido e incluso una oportunidad de aprendizaje a la situación que estamos viviendo.

Tras atravesar este tiempo tan excepcional muchos son los que se han replanteado sus prioridades y valores. La pandemia ha intensificado en muchas personas valores como la solidaridad, la responsabilidad, la confianza… pero también ha puesto el foco sobre aquellos individuos en los que el virus ha potenciado el miedo, la desconfianza y el egoísmo. Las personas que ya tenían valores claros antes de la pandemia habrán visto cómo estos se acentúan, mientras que los que no tenían sus principios claros habrán visto cómo esta situación ha puesto en evidencia sus carencias.

Por eso es importante analizar bien cuáles son nuestros principios, qué es lo más importante para nosotros y reordenar nuestros valores.


La entrevista completa:


¡Gracias por leer. Les deseo una plácida y amable semana!

Un abrazo fuerte.

Daniel.

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