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El equipo U14 del Club Porteño de Chacabuco quedó afuera de los playoffs de la Asociación Juninense de Básquet en medio de una situación que generó profundo malestar en jugadores, familias y dirigentes.
Los jóvenes habían realizado una excelente campaña en el Torneo Clausura Héctor “Coco Nigro” :
– Clasificaron cuartos en la fase regular.
– Derrotaron a Cavul en los cuartos de final.
– En las semifinales, enfrentaron a El Linqueño, último campeón e invicto en el año, salvo por la derrota sufrida justamente ante Porteño en el segundo partido de la serie.
La semifinal se disputa al mejor de tres. Porteño había perdido el primer encuentro en Lincoln, ganó el segundo en Chacabuco el miércoles 3 y sólo restaba el tercer y decisivo partido.
El problema surgió cuando la Asociación Juninense informó, recién el jueves a la noche, que el tercer partido debía jugarse este sábado, es decir, con muy pocas horas de aviso.
Al tratarse de un fin de semana largo, varios jugadores de Porteño no se encontraban en Chacabuco, por lo que el club solicitó reprogramar la fecha.
Tras los primeros reclamos, el día sábado por la mañana se avisó desde la AJB que el encuentro sería reprogramado, lo cual llevó tranquilidad al equipo.
Sin embargo, sorpresivamente, ese mismo sábado por la tarde la Asociación volvió a comunicarse para informar que el partido debía jugarse esa misma tarde, sin contemplar:
-Que varios jugadores del plantel no estaban en la ciudad.
-Que había más de 100 kilómetros de distancia entre Chacabuco y Lincoln.
-Que era imposible organizar vehículo, viaje y logística con apenas horas de anticipación.
Ante la imposibilidad material de presentarse, la Asociación Juninense decidió darle por ganado el partido a El Linqueño, dejando a Porteño eliminado de la competencia de manera totalmente arbitraria.
Para un plantel de chicos de 13/14 años que había trabajado, superado etapas y logrado quebrar el invicto del campeón vigente, la forma en que se resolvió la situación resultó un golpe duro e injusto.
Una verdadera vergüenza que podría haberse evitado con una organización responsable y un mínimo de consideración hacia los jóvenes deportistas que sostienen, con esfuerzo e ilusión, el futuro del básquet regional.
