Organizadas por la Comisión Memoria y Justicia, este lunes se realizaron en Chacabuco charlas que tuvieron como disertantes a tres hijos de desaparecidos durante la dictadura cívico-militar. Los encuentros se realizaron en el Teatro Italiano y también tuvieron como organizadores a la Subsecretaría de Cultura y la Jefatura Distrital de Educación.
Las charlas estuvieron a cargo de Manuel Gonçalves Granada, que recuperó su identidad en 1997; Leonardo Fossatti Ortega, que en 2005 supo que era hijo de desaparecidos, y Paula Sansone, cuyos padres desaparecieron en 1977 y fue criada por otros integrantes de la familia. La visita que hicieron a Chacabuco fue a través de Abuelas de Plaza de Mayo, con la colaboración del periodista chacabuquense Manuel Barrientos.
La primera de las charlas se hizo por la mañana y la segunda a la tarde, y tuvieron en el auditorio a alumnos de escuelas secundarias. Luego, al atardecer, hubo una tercera disertación, a la que asistieron estudiantes que cursan en turno nocturno y público en general.
El caso de Leonardo Fossatti
El primero en hablar fue Fossatti, que nació el 12 de marzo de 1977 en la cocina de la Comisaría Quinta de La Plata, donde funcionó un centro clandestino de detención. Según contó, desde niño sospechó que no era hijo biológico de la familia que lo crió, ya que no se veía parecido a sus supuestos padres y, además, ellos tenían edades parecidas a las de los abuelos de sus compañeros de escuela.
Leonardo fue padre a los 20 años y, en ese momento le planteó sus dudas a su familia de crianza, y allí se enteró que no era hijo biológico. Luego, en 2003, por sugerencia de una compañera de teatro, se presentó en la filial La Plata de Abuelas de Plaza de Mayo. En 2005, cuando tenía 28 años, pudo conocer su verdadera identidad.

“Ahí me enteré que mi familia no me había abandonado”, dijo Fossatti, cuyos padres biológicos, que eran de La Plata, se encuentran desaparecidos. Durante su charla, recordó que en el centro clandestino en el que nació también estuvieron dos chacabuquenses: Hugo Marini, que sobrevivió y años después dio su testimonio en el juicio, y José “Pepe” Cassino, que desapareció en enero de 1977 y sus restos fueron identificados en 2013.
Actualmente, Leonardo Fossatti es desde hace unos meses subsecretario de Derechos Humanos de la Municipalidad de La Plata.
Sansone: el acompañamiento de la sociedad
Paula Sansone es hija de dos militantes de la Juventud Trabajadora Peronista que trabajaban en el Banco Central de la República Argentina y fueron secuestrados el 23 de marzo de 1977. Ella, que tenía pocos meses, fue dejada con vecinos y se crió con integrantes de su familia biológica.
Durante la charla, contó que en 1996 se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo para colaborar. En esos tiempos, agregó, se fundó la agrupación Hijos, desde la cual se reclamó el juicio y castigo de los represores.
“Nada de lo que logramos podría haber sido sin el acompañamiento de la sociedad y de la política”, dijo Sansone, además de señalar que la Argentina “es un país reconocido en el mundo por haber juzgado a sus genocidas”.
También señaló que las nuevas generaciones “tienen muy distantes estos temas” y comentó que actualmente es coordinadora de la Casa por la Identidad de las Abuelas, que se encuentra en la exESMA.

Gonçalves: “Vuelven a amplificarse discursos negacionistas”
Por último, Manuel Gonçalves habló de un presente “en el que vuelven a amplificarse discursos negacionistas” y comentó que las Abuelas siguen con la búsqueda de cerca de 300 nietos que aún no conocen su identidad, así como también de sus bisnietos.
“Los nietos que buscamos son desaparecidos con vida”, expresó también, además de destacar que la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo es una referencia mundial porque, entre muchas otras cosas, ayudó a impulsar los desarrollos científicos en materia de ADN.
“Es muy doloroso para nosotros que hoy tengamos que volver a aclarar algunas cosas”, dijo Gonçalves, que nació el 5 de junio de 1976 y estuvo con su mamá hasta que un día, cuando tenía 5 meses, la casa de San Nicolás en la que estaban fue escenario de una masacre. El único que se salvó fue él, porque su madre lo había dejado dentro de un placard.
Posteriormente, fue llevado al Hospital de San Nicolás y un juez de la zona en forma irregular lo entregó a una familia.
“Durante 20 años pensé que mi familia biológica me había abandonado”, expresó Gonçalves, cuyo caso era conocido por las Abuelas, que luego de una larga investigación pudieron dar con él. Su padre, que estaba separado de su mamá, había sido secuestrado el 24 de marzo de 1976 en Zárate.
Al recuperar su identidad, Manuel pudo conocer a un hermano por parte de padre, Gastón, que se había criado en Villa Gesell y ERA bajista del grupo Los Pericos.
            
                
Seguimos adoctrinando en la mentira. El señor Golia sigue insistiendo en esta mentira para captar soldaditos….
La cara q tienen para mentirles a los chicos de ahora con un cuento inventando para currar con los derechos humanos. Diciéndoles q fueron 30000 desaparecidos….
Porq no cuentan la verdad, Q ERAN MONTONEROS Q COMO HACEN AHORA JUNTABAN CHICOS, HACIENDOLES CREER Q IBAN A AYUDAR A LOS NECESITADOS Y EN REALIDAD LOS METIAN EN LA GUERRILLA…. ENSEÑANDOLES A USAR ARMAS Y PONER BOMBAS…
PERO CUANDO SE LE COMPLICO A LA ISABEL PERON ELLA MISMA TRAJO A LOS MILITARES PARA SACAR ESA MERSA DE LAS CALLES… PORQ COMO AHORA YA NO SE PODIA VIVIR DE LA INSEGURIDAD Q HAVIA.
Y LOS MILITARES LIMPARON A ESOS MIL O DOS MIL NEGROS DE LAS CALLES Y PUDIMOS VIVIR TRANQUILOS GRACIAS A LOS MILITARES….
LOS MILITARES NO SON MALOS…… ELLOS PUDIERON DARNOS LA TRANQUILIDAD Y VIVIR TRANQUILOS.
LA JUVENTUD DIO VUELTA LA PAGINA.