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Golpe militar, Milei y la lucha por el socialismo

Nota de opinión del dirigente del Frente de Izquierda, Enrique Chilano.

El golpe cívico militar del ‘76 viene a eliminar físicamente a una vanguardia obrera y juvenil de lucha que venía en ascenso desde el Cordobazo y la huelga general de junio del ‘75. Como se llamó el exterminio de la “guerrilla fabril”. El empresariado y el imperialismo al ver que, más allá de la represión, el peronismo no podía controlar la situación empuja el golpe. El saldo son 30.000 compañeros desaparecidos en su mayoría delegados clasistas de grandes fábricas y estudiantes, robo y secuestro de 500 bebes, arrojaban personas vivas de aviones, torturaban embarazadas. Crearon 814 centros clandestinos de detención (solo por la Esma y La Perla pasaron 10.000 personas, esto desmiente el planteo negacionista de que los desaparecidos son 8000), la deuda subió de 4000 a 40.000 millones de dolares al ‘83, el préstamo se autorizó 3 días después del golpe, la pobreza se multiplicó por 8, 20.000 fábricas cerradas. Grandes empresarios tomaron deuda y luego fue estatizada (como Martínez de Hoz gerente de Techint y luego ministro de economía de la dictadura). La pata civil y eclesiástica nunca fue juzgada. Hubo centros de detención y tortura en la Ford y en Ledesma. Los empresarios y la burocracia delataban compañeros. Los porcentajes más altos de desaparecidos son de trabajadores activistas sindicales, estudiantes, no de guerrilleros. Y según  informes de los propios militares: Montoneros y el ERP ya estaban diezmados para el ‘76. Esto tira por tierra la “teoría de los dos demonios” y la de una “guerra contra la subversión”. Las leyes de la dictadura todavía quedan en nuestra legislación. Fue un plan sistemático estatal de tortura, secuestro y asesinato contra una vanguardia obrera combativa en ascenso que disputaba la dirección de las fábricas y las centrales obreras con cuerpos de delegados clasistas y combativos y a eso le temia la burguesía.

Represión previa: El golpe se apoya en las AAA de Perón que luego pasarán a los grupos de tareas. La organización paraestatal se llevó la vida de mil personas. Formadas por Perón, al mando de López Rega fueron el intento de contener un avance de posiciones de izquierda en las fábricas y en el peronismo mismo. Como denunciaría Perón la “infiltración marxsista”. A pesar de no coincidir con su estrategia, vale aclarar que son militantes que se rebelaron contra la represión estatal creciente en un intento de orientar a Perón a la izquierda creando focos de guerrilla hacia un gobierno más radicalizado. Sin embargo ese gobierno del ‘73 al ‘76 era profundamente reaccionario y no democrático. En el ‘75, aquí secuestraron  a Máximo Gil. También asesinaron a militantes del Partido Obrero como Fisher y Bufano también activistas sindicales. Por eso reclamamos la apertura de los libros desde el ‘74. El argumento de culpar a las guerrillas de la violencia es totalmente erróneo. La represión inició mucho antes de su creación en el ‘70 con ataques a las libertades democráticas, golpes, represión, miseria, persecución sindical y masacres pudiendo remontar esa violencia al bombardeo de la plaza del ‘55.

Represión en democracia: Una vez instaurada la democracia las fuerzas represivas continuaron su accionar bajo la mirada de los distintos gobiernos, los servicios continuaron su trabajo hasta hoy, los 39 muertos de De La Rúa del 2001, Duhalde 2002 con Kosteky y Santillan. Los asesinados por gatillo fácil se siguen sumando en el kirchnerismo como Luciano Arruga. Patotas sindicales de Pedraza (aliado a Cristina) mataron a nuestro compañero Mariano Ferreyra. La doble desaparición de Jorge Julio Lopez muestra cómo esos ‘sótanos de la democracia’ siguen operando. Asesinaron a Santiago Maldonado y a Rafael Nahuel bajo el gobierno de Macri. La represión en Guernica bajo el mando de Berni del “progre” Kicillof. Así como Santiago Astudillo Castro con Fernández en la pandemia. Solo por nombrar los casos más emblemáticos. La represión estatal no escapa a ningún gobierno de la democracia.

Represión actual y plan económico: Hoy Bullrich aplica en los hechos un estado de sitio no declarado. Comenzó con el protocolo antipiquetes, que es una prohibición de protestar directamente. Profundizó las leyes represivas en connivencia con todos los partidos patronales. Apalea piqueteros, cómo protestas por cortes de luz. Militariza fábricas cuyos trabajadores reclaman por despidos. Ya cuenta con dos muertos en su actual gestión. La cúspide de su represión llegó en la marcha de los jubilados del 12/3 cuando las fuerzas federales apuntaron a la cabeza con granadas de gas hiriendo a Pablo Grillo de gravedad y golpeando a una jubilada de 87 años, entre muchos otros. Esta represión se aplica para garantizar el brutal ajuste que en su mayoría pagan jubilados y trabajadores y no la mentada casta.
El plan económico de Milei, que ya cruje y tuvo que recurrir de urgencia al FMI por no poseer más dólares para afrontar los pagos, se asemeja mucho al de Martínez de Hoz de la dictadura. Apertura de importaciones, tablita de Machinea igual al ‘crowling-peg’ de Caputto, destrucción de empresas, toma de deuda desenfrenada, entrega de recursos naturales, y una alineación con Estados Unidos superior a las “relaciones carnales” de Menem. Grupos económicos y el FMI pujan por una devaluación, la misma  licuaría nuevamente los salarios y elevaría la inflación (luego de la enorme devaluación de diciembre de 2023), dejaría al libertario al borde de la salida en helicóptero. Se suman recesión brutal, caída del consumo por 14 meses consecutivos (9% feb 2025), 250 mil despidos, tarifazos, naftazos. Fuga de dólares para pago de deuda y mantenimiento desesperado del dólar paralelo que se llevó 1300 millones de dólares en los últimos días de las reservas que ya bajaron de 26.000 brutas y 8500 millones en negativo de libre disponibilidad. Un fracaso completo. Las semejanzas con el plan económico del golpe afloran por todos lados. La clave es que la misma clase social que lo impulsó banca a Milei.

La salida es manifestarse en la calle como este 24/3, arrancar la huelga general echando a los burócratas traidores de la CGT. Vamos por un plan de lucha hasta derrotar al gobierno. Como la lucha contra la dictadura, la de hoy será en las calles. Como los activistas del Cordobazo la lucha será por un gobierno obrero y popular. Solo un gobierno de los trabajadores puede sacarnos de este fracaso. Debemos retomar la lucha que intentaron eliminar los militares genocidas y avanzar hacia la revolución echando a Milei y todos sus cómplices capitalistas en la perspectiva del socialismo.

Son 30400. Fue genocidio. Contra la represión de ayer y de hoy. Fuera Milei y Bullrich. Por un gobierno obrero.

Partido Obrero Chacabuco – Frente de Izquierda Unidad

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