“Estamos haciendo magia con lo poco que tenemos”, dijo el intendente Darío Golía, apelando nuevamente a un discurso que intenta victimizarse frente a los vecinos de Chacabuco. Pero la realidad es otra, y bien distinta.
No está “haciendo magia con poco”, está haciendo poco con mucho.
Chacabuco necesita un intendente que deje de mirar por el espejo retrovisor, buscando responsabilizar permanentemente a la gestión anterior para tapar sus falencias.
Decir que “se hace magia con lo poco que se tiene” es una manera elegante de evitar rendir cuentas. No estamos ante un gobierno sin recursos: estamos ante una gestión que administra mal, que no prioriza, que improvisa.
Y si de magia hablamos, la más llamativa fue la del comienzo de esta gestión, cuando de un día para el otro aparecieron más de 300 empleados nuevos en la planta municipal. Una decisión política que desmiente cualquier discurso de austeridad, y que explica por qué hoy el municipio está atado, sin capacidad de dar respuestas concretas a los reclamos diarios de los vecinos.