El nombre del chacabuquense Ángel “Gelo” Flores volvió a estar en la palestra esta semana en medios nacionales. Ello se debió a que en el partido del sábado 8 pasado entre Racing y Boca la rápida acción de un alcanzapelotas le permitió al equipo académico generar un contragolpe y concretar el primer gol. Flores es desde hace más de 30 años jefe de los alcanzapelotas racinguistas y siempre les insiste a sus colaboradores en la importancia de estar concentrados en el juego para que, si hay un lateral a favor y el resultado del partido lo requiere, la pelota llegue rápido a las manos del jugador que debe sacar.
“Tengo entendido que el tema se discutió en muchos medios, inclusive a mí me llamó Marcelo Benedetto, que me hizo una nota a la distancia para Fox Sports”, cuenta Gelo en su casa de Chacabuco, e insiste en la importancia que tienen quienes deben alcanzar a los jugadores las pelotas que se van afuera.
“Es una materia que ya la rendí, pero igual me sigo actualizando, porque no solamente juegan los jugadores que están dentro de la cancha, también los que están de la línea de cal para afuera. O sea que a los diez chicos que tengo los concientizo de tal forma que les digo: ‘Ustedes también están jugando el partido, nada más que del lado de afuera; aparte, hoy están afuera, pero a lo mejor el día de mañana van a estar jugando adentro’. Así que les pido que vivan el partido, que sigan cómo se va desarrollando el juego porque de eso a veces depende el resultado del equipo”.
A tal punto lo sucedido en el partido con Boca no fue casualidad que algo parecido había sucedido el año pasado en la semifinal de la Copa Sudamericana con Corinthians, a quien Racing le ganó y uno de los goles surgió de un contraataque generado por la velocidad de un alcanzapelotas en acercarle el balón a un jugador de la Academia. Gelo recuerda que, anteriormente, había pasado lo mismo en un gol que Racing le hizo a Lanús y también en un partido con River.
“Son movimientos que muchas veces no trascienden porque no terminan en gol, pero permiten crear contragolpes. Lo que pasa es que cuando la pelota se va al lateral, el jugador está esperando que se la den rápido. Al ritmo que se juega hoy en día no podés estar dudando, pensando o mirándolo al jugador. Desde el momento en que el jugador se acerca tenemos que estar dándole la pelota al pecho o a las manos para que la pueda agarrar y sacar automáticamente, como exige el ritmo que el fútbol tiene hoy”, explica Gelo.
Para esto, agrega, hace falta que el alcanzapelotas esté muy concentrado. De eso se ocupa desde unas horas antes de que comience el partido.
“Normalmente, cuando yo llego a Racing antes del partido voy a la pensión, que está al costado de la cancha grande. Ahí viven más de 50 chicos, que son del interior y están muy bien. Desayunan, almuerzan, meriendan y cenan ahí, y los llevan a practicar y al colegio, y jamás andan en la calle. Son chicos de entre 12 y 17 años, la mayoría de 14 o 15. Ellos viven mucho el fútbol porque ven las prácticas de la primera división y tienen contacto con los jugadores”, explica, y cuenta una medida que toma para evitar que sus colaboradores se desconcentren.
“Lo que pasa es que el día del partido los que son seleccionados para ser alcanzapelotas les avisan a sus familiares que van a estar en la cancha, para que los miren por televisión. Ante eso, para evitar que se desconcentren, lo que yo hago es permitirles que tengan el celular para que se saquen fotos y hagan todo pero hasta que está por empezar el partido. Cuando empieza el partido, nadie mira para el costado y los celulares van a parar a la bolsa en la que tengo las pelotas. Es una forma de controlarlos para que no se distraigan ni un segundo, porque si no, no vendrían estos premios que a veces tienen”, señala.
-¿Quién selecciona a los alcanzapelotas?
-Hasta hace unos 10 o 15 años seleccionábamos otro muchacho y yo, pero ahora lo hace una coordinadora, que hace muy bien el trabajo y se basa en cómo se porta el chico en la semana, cómo le fue en la escuela, cómo practicó y cómo se encuentra moralmente. Entonces, ellos van viendo y semanalmente hacen una lista de diez chicos. Siempre van rotando a algunos, para que no haya quejas, porque todos quieren ir. Pero son todos chicos avezados y que tienen muchos años en el club.
-En el caso de la jugada del partido con Boca también se discutió que el lateral no se hizo en el lugar en el que se fue la pelota. ¿Qué opina?
-Lo que opino es que eso se discutió porque hubo un gol, pero en todos los partidos de la Superliga el que menos camina para sacar un lateral hace 10, 15 o 20 pasos. Todos hacen eso. Lo que pasa es que por ahí la jugada no termina en gol y el equipo contrario no tira la bronca, pero lo que hizo Racing lo hacen todos los equipos. También está la viveza del chico que está atento y cuando ve que el defensor viene corriendo a buscar la pelota para sacar, porque ve que se puede hacer un buen contragolpe, se la da justito a tiempo. Eso lo hacen todos los equipos. En este caso, Boca, que fue el que se quejó, también lo hace. Los marcadores de punta de Boca a veces caminan 15 o 20 pasos y siguen caminando, y nadie les dice nada, pero como no hay un gol, no hay bronca. Pero es la viveza de todos los equipos.
-¿Qué instrucción tiene el alcanzapelotas cuando el equipo, en este caso Racing, va ganando y hay un lateral?
-Si el equipo va ganando, se especula y se habla con el cuerpo técnico para ver si se quiere mantener el resultado o aumentarlo. También depende de los minutos que lleve el partido, porque no es cuestión de seguir sacando a lo loco si se va ganando por uno o dos goles. Eso es normal, cuando el equipo va ganando la velocidad tiene que ser una, cuando va empatando otra y cuando va perdiendo hay que ir a 2.000 por hora. De acuerdo al resultado se va dando la velocidad de los chicos alcanzapelotas.
-Los partidos de hoy tienen muchos cortes y poco tiempo neto de juego. ¿A qué se debe?
-Lo que pasa es que el jugador argentino tiene muchas mañas. Entonces, una caída la hace larga, por ahí simula tener una lesión que le duele mucho, se revuelca y entran los doctores y así van pasando los minutos y el partido se va achicando. Aparte, el VAR demora mucho también, porque entre los del VAR y el juez hablan un montón de veces, y así pasan los minutos; después el juez va a mirar la jugada y está otro rato más, lo cual no entiendo, porque con la cancha y la experiencia que tienen, los referees no tendrían que demorar más de 10 segundos en ver la jugada y definir si es o no tal cosa. Eso demora los tiempos y por supuesto que favorece al que va ganando.
-¿Cómo ve a Racing en este nuevo año?
-A Racing lo veo con muchas ganas de seguir teniendo chapa internacional. Es cierto que de los últimos años no nos podemos quejar, porque se han ganado muchos campeonatos locales, pero esta Copa Sudamericana vino muy bien porque es un logro internacional después de 36 años. Es mucho tiempo para un equipo grande y con los laureles que tenemos nosotros. Por eso, ahora se va a tratar de ganar la Recopa Sudamericana, que es una final con el campeón de la Libertadores, Botafogo. El primer partido va a ser el jueves que viene y la otra semana es la revancha en Brasil. Es una copa muy trascendental que le vendría muy bien a Racing, porque después te abre las puertas en Europa y en otros continentes, porque tenés chapa internacional. Aparte de la gran plata que se agarra, para el equipo sería un logro muy importante, porque son copas que van a adornar las vitrinas de por vida.
-Y después viene la Copa Libertadores.
-Exacto, a la que Racing ya está clasificado por haber salido campeón de la Sudamericana, pero la Libertadores es muy difícil. Amén de que la plata es mucha más que la de la Sudamericana, es una copa muy difícil porque entran equipos de mayor categoría, como los campeones de cada país.
-¿Va a viajar a Brasil para el partido de vuelta?
-No sabemos, porque eso depende de las órdenes que nos impartan las comisiones directivas. La semana que viene nos informarán, pero igual no hay problema, porque si no viajamos nosotros, nuestro corazón va a viajar con los jugadores.
-Usted al técnico de Racing, Gustavo Costas, lo debe conocer de chiquito.
-Sí, tuve la suerte de que cuando estaba con José Pizzutti, el técnico que ganó todo con Racing, fui de alcanzapelotas y en esos momentos Gustavo Costas entraba como mascota. Era un chiquito, casi un bebé, y después que le sacaban la foto con el equipo, porque antes se permitía que las mascotas salieran en la foto con los jugadores, a Gustavo normalmente lo traía en brazos Rulli, y yo muchas veces le salía al cruce para agarrarlo y llevarlo a un rincón, donde lo esperaba un familiar para llevárselo a la tribuna. Después, por supuesto, a Gustavo lo tuve de alcanzapelotas. Así que lo recontraconozco y él me recontraconoce a mí de toda la vida. Hay muy buena onda entre los dos, él es un fanático del club, ojalá tuviéramos muchos como Gustavo. La gente al principio lo criticó, pero él vive los partidos como si los estuviera jugando, y eso no se le puede reprochar a una persona. Él siente el fútbol como verdaderamente lo debe sentir un hincha.
-¿Su hijo, Walter, también sigue trabajando en Racing?
-Sí, él también está desde los 4 o 5 años y antes de cumplir 10 ya estaba como camillero. Eso porque antes, cuando no estaba el carrito eléctrico, yo también hacía las veces de camillero, y entrábamos corriendo cuando hacía falta. Después pusieron el carrito y se lo dieron a él para que lo maneje. De esto hace más de 20 años. Así que él quedó de chofer y seguirá quedando. Walter también lleva a Racing en el corazón y no falta por nada del mundo.
-¿Y con el fútbol de Chacabuco usted tiene alguna relación?
-Voy muy poco. Casualmente, hace unos meses Argentino me contrató para hacerle masajes a los jugadores del primer equipo, que justo ganó los dos campeonatos. Así que estoy muy agradecido. También he ido a masajear gente a los vestuarios de River y el año pasado fui a San Martín un día que le ganó a un equipo de Viamonte, lo cual me puso muy contento. Así que cuando me necesitan, voy. Si no, trato de ir a ver algún partido, pero es casi imposible, porque los fines de semana casi nunca estoy.