“Los chicos rápidamente tienen a disposición un celular. Eso tiene una altísima estimulación cerebral. Por eso es que hay que limitar su uso”. Así lo señaló Patricia Redondo, doctora en Ciencias de la Educación y asesora de la Dirección General de Educación bonaerense, que vino este miércoles a Chacabuco para participar en el acto por el 50° aniversario del Jardín de Infantes N° 908 Haroldo Conti. La especialista advirtió que el uso excesivo de tecnologías está provocando, entre otras cosas, que hoy los niños “hablan menos, tienen procesos de simbolización más acotados y dificultades del lenguaje”.
Redondo fue directora provincial de Educación Inicial en dos etapas. La primera se extendió desde 2007, cuando al frente de la cartera educativa bonaerense estuvo Adriana Puiggrós, y la segunda de 2020 a 2024. Actualmente, es asesora de la Subsecretaría de Educación.
En diálogo con Chacabuco en Red, la funcionaria dijo que la Educación Inicial bonaerense atravesó distintos momentos.
“No es lo mismo la etapa del vidalismo, que arrasó con el nivel Inicial, que lo que venimos construyendo desde 2020 o lo que se hizo en otros momentos históricos”, manifestó, además de expresar que, actualmente, a nivel general se han visto agravadas las problemáticas de las infancias.
“Lo que pasó es que a nivel nacional se desarmaron 50 políticas de cuidado y eso lleva a un agravamiento en términos de pauperización de los niños, y las mujeres han vuelto a ser sostén de hogar en su gran mayoría, lo que significa que están menos horas en sus casas. De todos modos, para hablar en particular del nivel Inicial bonaerense, nos encontramos con una educación que batalla día a día. Nuestros jardines de infantes son territorios de las infancias, e incluso en momentos de mejores o peores políticas los jardines son un reservorio democrático como es el caso del Jardín 908 de Chacabuco”, sostuvo.
“Los niños hablan menos”
La especialista advirtió sobre los riesgos que entrañan las nuevas tecnologías, especialmente para los más chicos. Acerca de esto, dijo que todas las sociedades de pediatría del mundo están alertando en torno a que “las pantallas no tienen que estar disponibles para los niños hasta los 2 años”.
“Sin embargo, lo que sucede es que los chicos rápidamente tienen a disposición un celular. Eso tiene una altísima estimulación cerebral. Por eso es que hay que limitar su uso. Además, los niños hablan menos, tienen procesos de simbolización más acotados, dificultades del lenguaje, lo cual se acentuó en la pandemia. Entonces, hay recomendaciones de las asociaciones de pediatría, también de nosotras como pedagogas, de acompañar a las familias y conversar mucho y restituir tiempos de conversación, aunque sea mientras la mamá, el papá o el tío está lavando la cocina”, afirmó.
“La escritora Laura Devetach hablaba de la necesidad de generar espacios poéticos, como colgar un hilo con chapitas, hacerlas sonar y tener un bebé cerca e irle cantando una nana. Es imprescindible y urgente restablecer la palabra con los niños. Lo que está sucediendo es que uno va a un bar o sube a un avión y encuentra a un adulto con un niño y el adulto está con una pantalla. Uno de estos días, mientras estaba esperando a un familiar, vi que en la vereda iba una persona adulta con un celular y atrás un niño de un año y pico caminando sin que ella lo mirase. Eso no culpabiliza al adulto, pero sí muestra que estamos en un punto muy crítico en relación al abuso del tiempo que se le dedica a las tecnologías. Los datos dicen que consumimos basura tecnológica más de dos horas diarias”.
La especialista señaló que el tema es “cómo fortalecer a la ciudadanía infantil” y algo que propone es darle más lugar en las plazas a los niños más chicos.
“Hay que imaginar ciudades para niños”
“En Barcelona, por ejemplo, las plazas tienen un sector sólo para niños muy chiquitos, que se llama Canguros. También hay que imaginar ciudades para niños, como pasa en Rosario y otros lugares de Santa Fe. Hay que pensar los espacios urbanos para niños, donde puedan ir y estar seguros y tranquilos, y no haya celulares. Hay que generar otras políticas dirigidas a las infancias, articuladas, de cuidado, locales. No alcanza con el nivel Inicial. El nivel Inicial hace un montón y es como una columna vertebral en el cuidado y la educación, pero en esta etapa no alcanza”, afirmó.
Redondo dijo que hace 50 años que se dedica a la educación pública y, como escribió el pedagogo Paulo Freire, la esperanza “es una posición en la vida”.
“Estamos en un momento muy complejo y con cada niño que nace al mundo tenemos que hacernos la pregunta ‘y mañana qué’ y comprometernos con la defensa de la paz, sobre todo hoy, cuando en Gaza asesinan niños de a miles. Aquí, en Chacabuco, aunque la guerra parezca lejos, no lo está. También tenemos que comprometernos con cada niño, no los propios, a los que les compramos objetos y objetos, sino con todos los niños. Y si hay un niño que está en una situación de extrema vulnerabilidad, hacernos responsables por él como parte de nuestra propia experiencia de vida. Yo tengo esperanzas y las renuevo cuando veo un Jardín como el 908, que es extraordinario, como todos los jardines de Chacabuco, a los que siempre les manifiesto mi reconocimiento”, finalizó.