EDITORIAL

El silencio institucional no desactiva rumores: los potencia

Acerca de la situación acontecida en el Colegio Nacional.

Lo ocurrido el martes en el Colegio Nacional no solo generó preocupación entre alumnos, padres y docentes, sino que también expuso una grave falla comunicacional desde la conducción de la Unidad Académica.

Durante varias horas, mientras circulaban rumores de una posible amenaza y crecía la incertidumbre en toda la comunidad educativa, desde la dirección del colegio y la distrital no hubo ninguna comunicación oficial ni se intentó contener o tranquilizar a las familias.

En contextos de temor y confusión, el silencio institucional no desactiva rumores: los potencia.

Lo que se necesitaba en ese momento era una voz clara, responsable y directa de parte de las autoridades escolares. Pero eso no ocurrió, por eso, como suele suceder, los teléfonos de este medio comenzaron a saturarse de mensajes consultando sobre el hecho.

Desde Chacabuco en Red intentamos comunicarnos con la dirección del colegio y con la Jefatura Distrital de Educación, sin obtener ninguna respuesta. Sin embargo, sí logramos hablar con el secretario de Seguridad, Mauricio Yonna, quien confirmó que se estaba actuando preventivamente. Esa fue la primera respuesta que recibieron los padres.

Luego, nuestro medio también logró confirmar, mediante fuentes municipales, que el joven mencionado en las versiones se encontraba internado en una clínica especializada, con contención profesional y no representaba un riesgo para la comunidad escolar.

En ese contexto, fuimos el único medio que brindó información concreta cuando las familias la necesitaban.

Sorprende entonces que ayer, dos días después, el director de la Unidad Académica utilice un pequeño blog local para acusar a un medio de comunicación de haber sido “parte responsable” del hecho. ¿Responsable de qué? ¿De contar lo que estaba pasando mientras la escuela callaba? ¿De informar lo que toda la comunidad ya sabía y compartía entre grupos de WhatsApp, pero que ninguna autoridad confirmaba o desmentía?

La información que publicamos no inventó nada. Reflejó una preocupación real y creciente, y exigió respuestas oficiales que no llegaban.

De hecho, si esa nota no se hubiera publicado, la noche habría pasado sin que las familias supieran si era seguro o no mandar a sus hijos al colegio.

Desde ya, si los rumores que circularon resultaran ser falsos o malintencionados, será la justicia la que deba investigar, identificar al o los responsables y aplicar las sanciones correspondientes. La sociedad no puede tolerar que se juegue con el miedo de familias y alumnos. Pero eso no exime de responsabilidad a quienes, estando en cargos directivos, decidieron no hablar, no calmar, y no explicar nada en el momento en que hacía falta.

Las preguntas que deberían hacerse desde la institución son otras:

•¿Por qué no se comunicaron rápidamente con las familias?

•¿Por qué dejaron que los rumores circularan sin control?

•¿Por qué fue un medio periodístico, y no la propia escuela, quien tuvo que salir a aclarar el panorama?

•¿Por qué hay decenas de comentarios en las notas que exponen crecientes casos de bullyng en el ámbito educativo?

El periodismo no genera conflictos, los expone. Y cuando las autoridades callan, informar es una responsabilidad.

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