El respeto no se predica, se practica

En los últimos días, varios locales partidarios de la Unión Cívica Radical fueron blanco de actos de vandalismo: cinco comités en la ciudad de La Plata, uno en Mendoza, uno en la Ciudad de Buenos Aires, además de anteriores ataques a la Franja Morada y al Comité Nacional.

Estos hechos no pueden ser minimizados ni relativizados. No se trata de episodios aislados: son expresiones alarmantes de una escalada de intolerancia política que debe preocuparnos a todos, sin distinción partidaria.

Es momento de asumir la responsabilidad que nos toca. Desde el presidente de la Nación hasta el último militante de cada partido político, todos debemos trabajar por la paz social, por el respeto, por la convivencia democrática. Los discursos tienen consecuencias. La violencia no surge sola: muchas veces nace de las palabras, del tono, de la forma en que se habla del adversario político.

No se puede reclamar respeto actuando con odio. No se puede pedir diálogo mientras se ataca al que piensa distinto. No se puede construir nada sobre las ruinas de las instituciones democráticas.

Hoy más que nunca, necesitamos coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Serenidad, madurez, y una verdadera vocación de diálogo. Nadie pide renunciar a las convicciones, pero sí a la lógica de la destrucción. Si de verdad queremos una Argentina mejor, debemos empezar por escucharnos, por convencernos, y por trabajar juntos, al menos, en aquello que nos une.

Mariano Alaman
Presidente de la Unión Cívica Radical
Chacabuco