Durante varios días, Thomas trabajó codo a codo con algunos de los mejores kinesiólogos del mundo y pudo vivir desde adentro el funcionamiento de una de las estructuras deportivas más profesionales del planeta.
“Llegué ahí por un contacto en común con la organización de la gira. Ellos vinieron con tres kinesiólogos y necesitaban un cuarto, y por recomendación de gente de Brasil me contactaron”, explicó. Tras una serie de reuniones virtuales y comunicaciones telefónicas, se cerró su incorporación al equipo médico de la Rosa, que lo llevó primero a La Plata y luego a San Juan, compartiendo el día a día con el plantel y todo el cuerpo técnico.
Thomas se mostró impactado por el nivel de profesionalismo y organización del seleccionado inglés. “Tenían 30 jugadores y más de 30 personas en el staff. Cada uno con una función específica. Vos trabajás solo de kinesiólogo, no hacés nada más que eso. No cargás bolsos, no te preocupás por nada logístico. De eso se encarga otro. Esa es la gran diferencia con lo que estamos acostumbrados”, comentó.
Además de participar en todas las sesiones de recuperación, entrenamientos y partidos, Thomas destacó el aprendizaje que le dejó esta experiencia, no sólo desde lo técnico, sino también desde lo organizativo. “Aprendés de todo. Del trabajo con colegas británicos que vienen de los mejores equipos de la liga inglesa, pero también de cómo se organiza un equipo internacional de primer nivel. Están en cada mínimo detalle”, relató.
Con acceso a todos los insumos y materiales necesarios, y rodeado por un equipo de profesionales que incluía médicos, preparadores físicos, nutricionistas, cocineros, seguridad, abogados y administrativos, Thomas pudo concentrarse exclusivamente en su labor, una situación que valoró especialmente: “Así se puede trabajar mejor, porque no estás preocupado por otras cuestiones. Es algo que me impactó mucho y que me llevo como aprendizaje”.


