HOGAR MÁXIMO GIL

“El alcohol y la droga han hecho estragos en las familias”

Mariano Cámera y Norma Gil reflexionaron sobre la realidad que viven los niños que pasan por el Hogar Máximo Gil.

El Hogar Miguel Máximo Gil cumple 40 años de trabajo en la protección y contención de niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. En una reciente conferencia de prensa, Norma Gil y Mariano Cámera, representantes de la institución, reflexionaron sobre los desafíos actuales y la resiliencia de los niños que han pasado por el hogar.

“A veces pasan cosas en la vida que parecen insuperables, pero la capacidad de resiliencia de los chicos nos asombra. A pesar de lo que han vivido, pueden reír, disfrutar y seguir adelante. Eso nos da fuerzas para seguir luchando”, afirmó Norma Gil. Sin embargo, también expresó su preocupación por el hecho de que, tras cuatro décadas de trabajo, la problemática no ha disminuido. “Pensamos que a esta altura no sería necesario que existieran estos hogares, pero lamentablemente la situación sigue siendo crítica”.

Los representantes del hogar señalaron que, si bien hace algunos años la mayoría de los niños ingresaban por situaciones de pobreza y exclusión social, hoy predominan los casos de maltrato, abuso sexual y adicciones. “El alcohol y la droga han hecho estragos en las familias, lo que genera una cadena de sufrimiento que afecta a los niños”, indicó Gil.

Otro punto que destacaron fue la burocracia que entorpece la acción de la justicia y la protección de los menores. “Las leyes no son eficaces. Se crearon servicios locales en cada municipio, pero muchas veces miran para otro lado y solo intervienen cuando el problema ya es grave”, explicó Gil. Cámera, cuestionó la insistencia en la revinculación de los menores con familias que no han cambiado sus patrones de conducta. “Muchas veces sabemos que esa revinculación es imposible y lo único que hace es prolongar el sufrimiento del niño”, agregó.

El hogar también enfrenta dificultades económicas, ya que el subsidio estatal solo cubre aproximadamente el 40% del presupuesto. Sin embargo, cuentan con el respaldo de la comunidad a través de iniciativas como la rifa anual. “Gracias a la rifa y a la solidaridad de la gente, hemos podido pagar los sueldos y mantener el hogar en funcionamiento”, comentó Mariano Cámera.

Desde el hogar invitan a la comunidad a colaborar mediante la compra de la rifa o realizando donaciones a través del alias bancario “Crecerconamor”. “Cada granito de arena ayuda a seguir brindando contención y oportunidades a estos niños que tanto lo necesitan”, concluyeron.

A pesar de las adversidades, el Hogar Miguel Máximo Gil sigue siendo un refugio para muchos niños y un símbolo de lucha por un futuro mejor para la infancia vulnerable.

Conferencia completa:

Comentarios