OPINIÓN

El 20 de octubre de 1935 concluyó en China la “Larga Marcha”

Columna de opinión del Dr. Nelson Coronel.

Una de las marchas y victorias de un pueblo más heroica que recuerda la historia. La guerra entre el ejército de Chiang Kai-shek y el ejército del pueblo liderado por Mao Tse-tung duró largos años. Aunque Mao logró ganar muchas batallas, para 1934 sus fuerzas habían sufrido graves derrotas y estaban muy comprometidas. Su única opción era la rendición total o la retirada.

En octubre de ese año se optó por la retirada, que comenzó en Fukien y terminó cerca del desierto de Gobi, una distancia de alrededor de 12.000 kilómetros. La Larga Marcha se prolongó más de un año y en su recorrido los 90.000 hombres que integraban el ejército rojo cruzaron 24 ríos y 18 cadenas de montañas, 5 de las cuales estaban cubiertas por nieves eternas.

La retirada, digna de figurar en la historia, estuvo sostenida por un singular espíritu de hermandad que unía a los combatientes. A su paso por las aldeas, los comunistas tomaron medidas que les valieron el apoyo de los campesinos ilusionados con un cambio social destinado a modificar la terrible injusticia que reinaba en China. Las medidas consistían en la distribución de tierra y en la organización de la enseñanza y de sistemas sanitarios. Más de 20.000 civiles con su familia se unieron a las tropas en marcha.

Permanentemente acosado por las fuerzas del gobierno, los combatientes debieron emplear todo su ingenio para sobrellevar las dramáticas condiciones del camino. Casi las dos terceras partes de los animales de carga murieron en la cima de las montañas. La lluvia era constante y los hombres caían agotados en los pantanos y las lóbregas junglas. No había nada para comer, salvo las raíces y hierbas que se encontraban en los campos.

A pesar de la lluvia, el agua potable era tan escasa que muchas veces los hombres debieron tomar su propia orina. Finalmente las tropas llegaron a Shenzhen, donde se encontraron con apoyo local.

Quedaban solo 7.000 hombres de los muchos que habían iniciado la marcha. Para ese momento, Mao era reconocido como el máximo líder de la China milenaria, cuya grandeza actual la comenzó el gran timonel Mao Tse Tung. Vaya para él este humilde recuerdo.

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