Además de la presentación de proyectos -sobre cualquier materia- de forma digital, el protocolo regula el trabajo remoto de las comisiones y las tareas que tendrán los secretarios de comisión.
En lo que respecta a las sesiones, se establece que se ingresará a través de una red telemática y una aplicación interna de la Cámara baja, con correspondiente usuario y contraseña, que será una primera verificación de identidad.
La segunda verificación se hará con una toma de fotografía con tres variantes: rostro neutral, rostro con mueca y rostro con ojos cerrados.
En el “recinto virtual” se podrá ver al resto de los asistentes, que se tomarán como presentes al tener su cámara encendida. Una vez conectados “el número suficiente de diputados para conformar quórum legal” (129), el presidente declarará abierta la sesión.
El protocolo tendrá una vigencia de 30 días desde su firma y podrá ser prorrogado en tanto continúe la situación excepcional de la pandemia. La decisión en ese caso será política y estará en manos de los integrantes de los principales bloques, que se reúnen en Labor Parlamentaria.